Lost se acaba, está llegando a su final.
Y sin duda el capítulo de esta semana, The Candidate, se encarga de recordárnoslo más que ningún otro hasta la fecha.
Un gran capítulo lleno de acción, pero también de momentos muy muy tristes, en concreto varias despedidas.
El capítulo está centrado en Jack Shephard, nuestro doctor llorón favorito, interpretado por el gran Matthew Fox, pero también, en menor medida, en John Locke, encarnado por el todavía más grande Terry O’Quinn.
Y parece que va a ser el último capítulo en centrarse en ellos dos en exclusiva, porque, como he dicho, esto se acaba.
El título hace referencia al más que conocido tema de los candidatos a suceder a Jacob, y en la Isla queda cada vez más claro que ese candidato es Jack.
Sin embargo, en la realidad alternativa también se menciona el término, en este caso para referirse a Locke como candidato a una operación revolucionaria de Jack.
Así pues, de nuevo el destino de ambos hombres ligado, como siempre.
Eso sí, hoy de una manera más trágica que de costumbre.
En Los Angeles X, Jack ha operado a John y le ha salvado la vida.
Además, Jack menciona que es candidato para un nuevo procedimiento que podría hacerle volver a caminar.
Sin embargo, como dejó ya claro en The Substitute, este Locke no está por la labor de volver a andar.
Helen aparece de nuevo, agradecida al doctor tanto como Locke, e interrumpe la escena.
Pero ya sabemos que cuando Jack pretende arreglar algo puede ser muy cabezón, así que decide averiguar como Locke se quedó en silla de ruedas, y va a ver al dentista que arregló la dentadura de John cuando tuvo el accidente, que no es otro que Bernard.
Siempre es agradable ver a este entrañable personaje, o a su mujer Rose; en la Isla no sabemos nada de ellos, pero espero que se quedasen felices viviendo en los 70 con Vincent y su cabañita.
Bernard no puede ayudarle, pero lo encamina hacia Anthony Cooper, que también sufrió ese accidente.
Y por supuesto, Jack alucina con que Bernard también fuera otro pasajero del Oceanic 815.
Espero que el doctor ate cabos rápido, porque esto se acaba, y si no va a aparecer el escocés loco para hacerle recordar de golpe, literalmente.
Jack llega, casualmente junto a Helen, hasta Anthony Cooper, que aquí no es el malvado padre al que estábamos acostumbrados, sino un vegetal en silla de ruedas, afectado por el mismo accidente.
Más tarde Jack se acerca a un Locke dormido, que dice dos cosas inquietantes: “Push the button”, referencia a la segunda temporada y a El Cisne, y “I wish you had believed me”, las famosas palabras de su carta de despedida a Jack antes de su muerte.
Así que realmente el atropello de Desmond está surtiendo efecto.
Jack tampoco tiene demasiado tiempo de preguntarse nada, porque aparece su hermanastra Claire, con un regalo que le dejó su padre, Christian: una caja de música en la que suena la nana de Claire, Catch a Falling Star.
Claire se va, pero antes Jack vuelve a alucinar con que ella también estaba en el Oceanic 815, y le dice que se quede en su casa, ya que son familia.
Bien, ya tenemos a Claire cerca de los otros losties.
Ah, y a Jack que esta vez si ha conseguido sacar una barrita Apollo de la máquina.
Y para acabar, tenemos un precioso diálogo en el que Locke, dado de alta, confiesa a Jack que el accidente ocurrió al pilotar él una avioneta con su padre; Jack le dice que no puede seguir culpándose y castigándose, que “what happened, happened”, y que debería “let it go”, y someterse a la operación.
Él también ha perdido a su padre y tiene que seguir adelante.
Magistral y muy emotivo Jack, pero no es suficiente para convencer a Locke, que se retira, no sin antes escuchar un “I wish you believed me” de Jack que le trae verdaderos recuerdos.
Ya sólo falta un pequeño empujoncito escocés.
En la Isla, o mejor dicho en la isla de la Hydra, el Adversario, que ya sólo cuenta con Sayid, convence a Jack de que vayan a rescatar a los otros losties, a pesar de que el doctor diga que ya no son su gente.
Por supuesto, Jack se preocupa por ellos como siempre, pero no quiere colaborar con la huida del Adversario.
Los losties, por cierto, están siendo recluidos en las jaulas, y Sawyer se niega, pero cuando Widmore, que dice que hace todo esto por su bien, amenaza con matar a Kate porque ella no es necesaria, Sawyer se rinde.
El sureño confiesa a Kate que ella estaba tachada en la lista de candidatos, por lo que resulta prescindible para los planes de los dos calvos.
En las jaulas Sun y Jin tienen una tierna escena cuando ella le devuelve el anillo de casado y hablan de su hija Ji Yeon.
Pero el momento es interrumpido cuando Sayid corta la corriente y el Humo Negro puede atravesar las barreras sónicas, lo que propicia una matanza de los friki-nerds de Widmore, incluido el gordito de las camisas que me hacía tanta gracia.
Y quien aparece para liberar a los losties de sus jaulas es el mismísimo Jack, que ha sido convencido por el falso Locke cuando éste le dice que podría matarlos cuando quisiera, pero que los necesita vivos.
De todas formas, Jack insiste en que él no abandonará la Isla.
Por fin tenemos a los losties reunidos y de camino al Ajira 316 para salir al fin de la maldita Isla.
El falso Locke se adelanta y acaba con los guardianes que Widmore ha apostado, y a uno le coge un reloj que le será luego de gran utilidad.
Descubre explosivos C4 que Charles, en teoría, o tal vez el grupo de Alpert, había puesto para matarlos cuando despegaran el avión, cuando estuvieran todos juntos en un lugar cerrado, el Ajira 316.
Por lo tanto, el Adversario propone a los demás tomar el submarino, es decir, el plan de Sawyer.
James lo felicita y le sigue la corriente, y le pide a Jack que, llegado el momento, arroje al Adversario al mar y les de tiempo a escapar.
El timador cree que está engañando al Adversario, pero como veremos las consecuencias serán funestas.
Acto seguido los losties toman el submarino de Widmore, no sin resistencia por parte de sus nerds, que hieren de gravedad a Kate en el caos del tiroteo.
Jack empuja al Adversario y lo tira al mar tras decirle que Locke fue quien le dijo que debía quedarse, reconociendo así la influencia de su maestro, y lleva a Kate al interior del submarino.
El submarino se sumerge finalmente por órdenes de Sawyer, y la única que queda fuera es Claire, que no ha llegado a tiempo y es dejada atrás.
El Adversario va hacia ella y le dice que no se preocupe, puesto que realmente no debería querer estar en ese submarino.
Y entonces es cuando, con el submarino ya sumergido y los losties en él, se revela el verdadero plan del Adversario: ha puesto el C4 en la mochila de Jack, con el reloj que cogió como temporizador.
El interés del Adversario no era salir de la Isla con todos los candidatos, sino matarlos a todos teniéndolos juntos en un lugar cerrado, exactamente lo que decía del plan de Widmore.
Sea como sea, ha quedado claro que este falso Locke necesita para ser libre matar a todos los candidatos a Jacob, para que no haya ningún guardián.
Y también ha quedado claro que es muy muy malo.
Lo que sigue es una de las escenas más tensas de la serie.
Jack recuerda que él no murió con la dinamita de Richard Alpert, no puede morir aún ya que es un candidato, pero lo que es más importante: se da cuenta de que, por alguna misteriosa regla, el Adversario no puede matarlos directamente, y tiene razón, así que sólo morirán si intentan manipular la bomba, porque sería obra de ellos mismos.
Genial la clarividencia que está teniendo Jack últimamente en los momentos más difíciles.
Sin embargo, siempre tiene que haber alguien que lo fastidie todo, y en este caso es Sawyer, que insiste en desconectar la bomba.
Jack le pide que confíe en él, pero James, sintiéndolo mucho, no puede, y comete su mayor error de la serie: desconecta la bomba y la cuenta atrás se acelera de manera irreversible.
Y llegó la hora de las despedidas.
Sayid explica rápidamente a Jack que Desmond es importante y que lo encontrarán en un pozo.
Jack no entiende por qué le dice esto, y Sayid replica “Because it’s going to be you, Jack”, seguramente refiriéndose a que el doctor va a ser el candidato o, como mínimo el que tendrá que salvarlos a todos.
¿Por qué se pone tan decisivo Sayid? Pues porque ha decidido hacer un sacrificio final por sus amigos: toma la bomba, corre con ella hasta alejarla lo suficiente y le explota en las manos.
Genial Hugo preguntando por él, tan preocupado como siempre por sus amigos, y Jack contestando con un contundente “There is no Sayid”.
Así, sin más, Sayid Jarrah, uno de los mejores personajes de la serie, muere de una manera precipitada, aunque redimiéndose, a pesar de la infección, y demostrando lo que siempre ha sido: un héroe.
Pero aunque logra salvar de manera inmediata a sus compañeros, el submarino hace aguas por la explosión, y el mismo Lapidus muere también aparentemente, inconsciente tras soltar un “Oh, hell” muy típico de él.
Pobre Frank Lapidus, muriendo de rebote.
Añoraremos tus jocosos comentarios.
Y sobre todo, pobre Sayid, ese héroe incomprendido y trágico.
Pero no acaban aquí las desgracias ocasionadas por Sawyer.
Sun queda atrapada y Jin intenta liberarla, y mientras Hugo se lleva a la herida Kate y Jack carga con Sawyer, que ha quedado inconsciente, Jin nada cons sus esfuerzos.
Jack intenta ayudar, pero debe marchar con una última mirada de tristeza impotente compartida con la pareja.
Allí quedan los coreanos, y Sun le pide a Jin que se marche, pero Jin recuerda que prometió no abandonarla jamás, así que se queda a morir junto a ella.
Y tras declararse amor mutuamente, comparten un último beso.
Así es como, en una de las escenas más preciosas, tristes y lacrimógenas de la serie, sucede lo impensable: Sun y Jin mueren, sus manos entrelazadas bajo el agua.
Sabéis que nunca he soportado demasiado a la pareja de coreanos, sobre todo a ella, pero eso no evita que me sienta tremendamente triste por su muerte, que no me veía venir, sobre todo teniendo en cuenta que no esperaba un final triste para la sufrida pareja Kwon, quienes merecían un final feliz.
Descansen en paz, juntos en la muerte como quisieron estarlo en vida.
Por último, Jack llega hasta la orilla con Sawyer, al que espero que ahora golpee el triple de lo que recibió cuando el sureño se enfadó porque Juliet, de manera indirecta, murió por culpa de una decisión de Jack.
Ahora Sun, Jin, Sayid y seguramente Lapidus han muerto por tu culpa, James, por tu falta de fe.
Espero que como mínimo los llores con amargura y cargos de conciencia.
Hurley aparece con Kate, muy contenta de ver a Jack, que confiesa las bajas.
Es entonces cuando el pobre Hugo estalla en lágrimas.
Y es entonces cuando Jack se dirige al mar y llora por sus amigos, desgarrado por la amargura y la impotencia.
Qué grande Matthew Fox, como siempre.
Pero el capítulo no acaba con esta nota amarga y trágica, sino que vemos al Adversario que le dice a Claire que muchos han muerto pero no todos, y que ahora va a acabar lo que ha empezado.
Temible.
Y bastardo.
Pues cuatro bajas, ni más ni menos, las que hemos visto en este The Candidate.
La de Lapidus no está del todo clara, pero lo más seguro es que el piloto más irónico de la televisión haya muerto.
Sayid, uno de mis personajes favoritos, ha tenido una muerte mucho más evidente, pero para mi gusto poco dramática.
A pesar de que queda claro su sacrificio, el personaje se merecía un último adiós más emotivo, aunque sólo fuera recordando a su Nadia por última vez.
Los que sí han tenido una muerte a la altura de Charlie, Juliet y Boone, las grandes muertes dramáticas de la serie, son Sun y Jin, una pareja que se merecía un mejor destino, lo cual demuestra que no podemos dar nada por sentado respecto a quién morirá y quién vivirá, y que debemos esperar un final amargo y trágico.
Así pues The Candidate ha sido un episodio trepidante, lleno de acción, y con un final muy emotivo en el que algunos de los losties de toda la vida han muerto.
El fin está cerca, y nos está dando buenos capítulos.
Repasemos lo mejor de este episodio.
Lo mejor:Ver de nuevo a Jack y Locke interactuando en la línea alternativa, incluso con guiño a lo de ser candidato.
Ver de nuevo al entrañable Bernard.
Comprobar que Anthony Cooper, en esta realidad X, es un vegetal, y que el accidente ocurrió por culpa de John.
John inconsciente diciendo “push the button” y “I wish you had believed me”.
El momento hermanitos entre Jack y Claire, con caja de música inquietante de Shephard padre de por medio.
Y barrita Apollo para Jack de rebote.
Las coincidencias que va notando este Jack X, empezando porque todos estuvieran en el Oceanic 815.
La emotiva confesión de John del accidente, y la no menos emotiva confesión de Jack acerca de seguir adelante, con “what happened, happened” y “let it go” incluidos.
La cara de John al oír el “I wish you believed me” de Jack.
El momento jaulas, con Sawyer rindiéndose a que Kate no sea una candidata, y ese último momento de paz de los Kwon.
El rescate de Jack, con ayuda del Humo Negro, que no es John, que es su amigo, como diría la australiana loca.
El retorcido plan del Adversario para matar a todos los candidatos, con robo de reloj incluido.
El tiroteo trepidante, la huida del submarino, y Jack tirando al Adversario mientras reivindica a su maestro John Locke.
El momento tenso, tensísimo, de la bomba, y Jack de nuevo más hombre de fe que nunca, dándose cuenta de que el Adversario no puede matarlos de forma directo.
Qué Jack tan iluminado, lástima que haya un Sawyer por ahí.
Que Sayid se sacrifica por sus amigos por muy infectado que esté, y además revela la ubicación del crucial Desmond y da el relevo a Jack.
Grande.
Lapidus siempre tiene buenos comentarios aunque sea ante su inminente muerte.
Hurley preguntando por Sayid, como siempre, el único que se preocupa, y el contundente “There is no Sayid” de Jack.
Las últimas miradas entre Jack y sus amigos coreanos.
La preciosa muerte de Sun y Jin, que prefieren morir juntos, uno de los momentos más emotivos de la serie, y ese último plano de sus manos entrelazadas.
Cómo los supervivientes se desahogan en la playa, empezando por Hugo, a lágrima viva.
Y cómo Jack estalla de impotencia y amargura ante el océano.
Que Lost es una serie muy grande en los momentos trepidantes.
Pero aún lo es más en los momentos tristes, y presenta las muertes como nadie.
Lo ha demostrado en este capítulo.
Lo peor:Que en el fondo esperaba el resurgimiento del verdadero John Locke en este capítulo.
Supongo que nos tenemos que hacer a la idea, aunque al menos queda como maestro indiscutible de Jack.
Que parece que finalmente no va a haber operación de Jack que devuelva la facultad de caminar a John.
Que en la realidad X están tardando mucho en despertar.
Se ve que si no está el escocés de por medio…Que ha muerto el nerd gordito de la camisa.
Que sí, que en serio, que me caía bien.
Que tanto rollo con el avión Ajira 316 y al final nada.
Aunque ahora es lo único que les queda, eso sí.
Lo detestable que se está haciendo el Adversario con sus planes rastreros y cobardes.
Lo digo y lo repito: la cabezonería de James, ya que por su culpa han muerto como mínimo tres de nuestros losties, y encima eran de la primera temporada.
Espero que ahora llore amargamente como el que más.
La muerte de Sayid, demasiado abrupta y sin dramatismo.
Este gran personaje se merecía un final más cuidado.
Si realmente ha muerto, y todo indica que sí, Lapidus ha desaparecido de una manera casi surrealista, aunque en la línea de este personaje que siempre estaba de guasa.
La muerte de Sun y Jin es preciosa, pero ¿por qué hablan en inglés? Demasiada concesión al público americano.
Que aquí parece que no se va a salvar ni el apuntador.
Que Desmond no aparece, aunque al menos se le hace una referencia importante.
Sun, Jin, Sayid y seguramente Lapidus han muerto, y especialmente la pareja de coreanos merecía un final feliz.
Descansen en paz todos.
Pues hasta aquí The Candidate.
La semana que viene, Across the Sea promete un capitulazo centrado en desvelar los misterios de la Isla, de Jacob y de su Adversario.
Será la antesala de la última semana de Lost, que a este paso va a acabar como el rosario de la aurora.
Mientras tanto, sólo nos queda añorar a los difuntos.
Sayid Jarrah, Frank Lapidus (?), Sun y Jin Kwon, descansad en paz.
Y gracias por los buenos momentos, los actos heroicos y las vidas trágicas, los comentarios jocosos y agudos, el amor incondicional.
Sí, incluso esos insulsos flashbacks en coreano.
Siempre os recordaremos, porque formáis parte de la serie más inolvidable.
Gracias, y hasta siempre.
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