Recientemente saltaron las alarmas cuando supimos que el padre de Rubina Ali, la pequeña “Latika” de ‘Slumdog Millionaire’, había intentado venderla a una familia de oriente próximo que se había encaprichado de ella a cambio de 310.
000 euros.
El padre fue detenido, aunque alegaba que en ningún momento había pretendido vender a su hija, sino que pensaba que se trataba de una oferta más de trabajo, y que sólo pretendía “velar por su futuro”.
Pero por desgracia para él, todos los detalles han salido a la luz, ya que la compra-venta de la niña no fue solicitada por ninguna familia, sino por periodistas encubiertos que pretendían demostrar hasta qué límites vergonzosos estaba dispuesto a llegar por avaricia el progenitor de Rubina.
Kureshi insultó a los periodistas, de origen británico, y los acusó de “estar haciendo diversión de la pobreza”.
Pero el numerito final estaba aún por llegar.
En cuanto salió a la luz el escándalo, Khushi, la madre biológica de la pequeña, a la cual abandonó, se personó ante la policía para denunciar a su ex marido y a su pareja Munni, y acusarlos de “locos del dinero”, y luego apareció por casa de la niña y delante de ella, se lió a tirones de pelos y tortazos limpios con la madrastra, exigiéndole que le devolviesen la custodia de Rubina.
Lo más triste de todo es que las autoridades no tomen partido al respecto y aparten a la pequeña de todo este conflicto de intereses creados, porque está claro que en el estado de pobreza en el que está sumida la familia, a este paso, si no consiguen venderla, terminaran por prostituirla.
Vía