House está en la cuerda floja.
Desde el episodio con la muerte de Kutner estamos siendo testigos de cómo el personaje que interpreta Hugh Laurie se está precipitando al vacío y lo único que estamos haciendo es esperar a ver cuando se da de bruces contra el suelo.
Los síntomas son diversos.
Uno de ellos, el más grave, las apariciones que está teniendo de Amber, la prometida de Wilson que falleció en el final de la cuarta temporada.
La semana pasada dejamos a House viendo a Amber al lado de su piano.
Lo que sabemos que no es posible, porque Amber está muerta y en parte, por su culpa.
Como bien le dice Amber, puede que sea un reflejo subconsciente que expresa su sentido de culpabilidad sobre su muerte, que estaba enterrado pero que salió a la luz por el sentido de culpabilidad por el suicidio de Kutner.
Lo peligroso del asunto es que al principio House achaca las visiones al insomnio y pide medicación para poder dormir y remediarlo, pero cuando empieza a pensar que la aparición de Amber le está ayudando a llegar a su subconsciente y recordar cosas enterradas que le pueden ayudar en su práctica médica decide permanecer despierto cueste lo que cueste.
No hay interlocutor mejor para House que el propio House.
Aunque al final resultará que no ha sido una buena idea.
Y es que bajo este estado tan inestable el doctor House se propone organizar la despedida de soltero de Chase.
Y no se deja nada en la manga: alcohol, strippers y lo que convenga para organizar una fiesta sin precedente.
Pero será precisamente en esa fiesta en la que el doctor se dará cuenta de que su otro yo encarnado en Amber no es una buena influencia, que está despertando lo peor de sí mismo.
La clave para llegar a esta conclusión es que en la fiesta el personaje de Hugh Laurie intenta asesinar a Chase haciendo que pruebe las fresas, una fruta a la cual el doctor australiano es alérgico y puede ocasionarle consecuencias finales.
Aunque la sangre no llega al río, la despedida de soltero acaba con el futuro novio en urgencias del hospital, no hay nada como estar rodeado de médicos para salir airoso de las situaciones más peligrosas.
Aún así, House se pregunta por qué su subconsciente querría hacerle daño a Chase así que no hay más opción que cortar por lo sano e intentar deshacerse de Amber.
Aunque parece que la solución no será tan fácil como una terapia de sueño.
Está claro que detrás de las alucinaciones del doctor se esconde un tumor, la locura o cualquier otra enfermedad que se nos será desvelada en próximos capítulos.
Sobre el caso que llega al hospital en este capítulo 22 de la quinta temporada de House comentar que el equipo se encuentra con un joven sordo llamado Seth que sufre un colapso después de “escuchar” explosiones mientras competía en un combate de lucha y es llevado al Princeton Plainsboro.
Cuando Seth pierde la visión en un ojo y su condición empeora, el equipo afronta un dilema ético implicando la testaruda decisión de su madre de renunciar a los implantes cocleares.
Y es que el paciente ha sido educado bajo la concepción que ser sordo no es una minusvalía y que tiene que estar orgullo de ello.
Pero ¿qué pasa cuando hay una cura? ¿Se debe continuar insistiendo en los aspectos beneficiosos de no tener el sentido del oído?Descargar