La de las fotos, aunque te lo parezca, no es una Draq Queen, es la mismísima Beyoncé, con un estilismo diseñado por su peor enemigo.
La cantante ha protagonizado una sesión de fotos este fin de semana con una estética setentera nada favorecedora para su nuevo álbum, que se ha hecho esperar tres años.
Vestida con una chaqueta de pelo rojo y un mono azul acampanado y de escote profundo, Beyoncé se ha subido en unas altísimas plataformas para dejarse fotografiar en un viejo motel de Nueva Jersey.
Lo peor del estilismo de la ex Destiny Child (aunque parezca más bien una de Las Grecas) es, sin duda, el maquillaje: la sombra azul no le sienta nada bien, pero nada comparable con lo mal que le cae el pintalabios oscuro.
Es una pena: ahora que Beyonce ha vuelto al tinte de color miel y no el rubio platino que había lucido últimamente y que no nos gustaba nada, se disfraza de una especie de Ángel de Charlie poligonera.
El lanzamiento de su nuevo álbum llega con la noticia de que su padre Mathew Knowles dejaba de representarla, aunque ella se apresuró a emitir un comunicado mostrándole su gratitud y asegurando que quería seguir sus pasos y gestionarse ella misma como había visto hacer a sus padres toda la vida.
Beyonce feísima en su última sesión fotográficaVía
