Esta misma semana os contábamos cómo Miley Cyrus, la dulce Hannah Montana perdía la cabeza y se volvía loca con un periodista por chocarse con su madre a la salida de un restaurante en California.
Su versión es que el chico había empujado queriendo a su madre, y montó un buen pollo.
Bueno, pues otra vez se ha enfadado con un paparazzi, y van dos veces en la misma semana.
Esta vez ha sido en un aparcamiento, en Beverly Hills.
El muchacho intentaba hacer su trabajo que consiste básicamente en seguir a Miley allá donde va, grabarla, hacerle fotos, y si puede ser pillar cosas interesantes.
Pues ella lo pone muy fácil porque no pasa nada que contar, pero como ella la monta, eso es lo que tiene que ser contado.
Miley se lió a piñas directamente con el paparazzi, y aunque el chico no recibió ninguna porque fue muy hábil y se retiraba, quedó constancia de todo el momentazo Miley agresiva.
Ella despeinada, sin maquillar, intentando coger la cámara del paparazzi, y él haciendo quiebros para que no se la quitara.
Si bien es verdad que los periodistas no la dejan en paz, también es verdad que ella normalmente está encantada, sonríe, posa en las fotos y esas cosas, así que Miley, tienes que decidirte, o los odias o los amas, porque así los vas a volver locos a los pobreticos míos.
Cuando le dan papeles en las pelis por ser quien es no se enfada, ni tampoco se enfada cuando tiene conciertos multitudinarios como Miley después de haber sido y por haber sido Hannah Montana, así que creo que debería contenerse.
Al final no cogió la cámara, claro, se ve que el paparazzi era más hábil que ella y que se llevó las imágenes a casa.
Encima tenía al fotógrafo detrás sacando constancia de todo.
Qué espectáculo.
Y bueno… a mí me ha hecho gracia, la verdad, y no, el fotógafo no la provocó, que eso están diciendo los fans (no sé de dónde se sacan esas teorías Miley-protectoras).
Miley Cyrus a piñas con un paparazzi otra vez
