A este paso voy a acabar pensando que todos los artistas talentosos viven en Gran Bretaña y están deseosos de tener su oportunidad y sus veinte minutos de gloria en Britain’s Got Talent.
Cuando ya parecía que Susan Boyle se alzaba con la corona de “favorita del público” enredada en las descuidadas canas, le ha dado por teñírselas, cosa que no ha gustado al jurado, y ha aprovechado la ocasión una bailarina-cantante pequeñaja para hacerse con el poder y la popularidad.
Sorprende que en un sólo día que lleva el vídeo en Youtube ya tenga más de un millón de visitas.
Y sorprende sobre todo porque durante los primeros veinte segundos lo único que ves es a una niña de diez años dar saltitos ridículos con un aún más ridículo tutú de color lila.
Casi parece una broma pesada, y a punto está la mano implacable del jurado de detener la actuación.
Pero entonces el milagro ocurre.
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No sé qué hipótesis es menos descabellada, si pensar que Hollie se ha tragado un altavoz de los buenos, o que es una hija ilegítima, inconfesa, y dada en adopción por Julie Andrews.
Porque tampoco se me ocurren muchas más maneras de justificar de forma razonable ese torrente de voz que deja en jaque a los cuatro miembros del jurado y emociona a la audiencia, interpretando I could have danced all night, de ‘My fair lady’.
En las páginas de anuncios de escorts a menudo se suelen indicar los métodos de pago. La profesional decide como hacerse pagar, indicando los métodos que acepta directamente en el anuncio.
La biografía de Chad Boyce que había muerto trágicamente en el set de la serie de televisión Los 100.