Miley Cyrus se empeña en intentar hacernos creer que está solterísima y que no hay novios que valgan para ella que, como buena estrella juvenil que es, está demasiado liada de acá para allá, y muy concentrada en su carrera.
Pero nosotros sabemos que no es así, pero que ella lo dice porque es su deber de famosa, y por eso tiene que hacerse la interesante.
Pero hay muchas pruebas que demuestran lo contrario, como el hecho de que la ex novia de Liam diera una entrevista con los detalles de la ruptura, y confirmara que el que hasta entonces era su chico, la había dejado después de cinco años de relación por su compañera de reparto en The last song, que no era otra que Miley.
Luego unos papparazzis pillaron a la parejita a la salida del cine, en compañía de la hermana de Miley y el novio de ésta, y testigos presenciales afirman que Liam y Miley iban bien cogiditos de la mano, hasta que vieron a los fotógrafos.
Pero el que ha confirmado el romance sin querer ha sido Billy Ray Cyrus, el padre de la actriz de Hannah Montana.
Y es que Papi Cyrus ha hecho unas declaraciones en las que se ha mostrado muy preocupado por la relación de su hijita con Liam, ya que según su opinión “van demasiado lejos y demasiado rápido”.
Miedo me da, sobre todo teniendo en cuenta sus criterios, porque si a Billy le da igual que su hija de diez años, Noah, chatee con extraños por las noches, no sé qué querrá decir con que Miley va “muy deprisa”.
Lo mismo el día menos pensado nos la encontramos como Jamie-Lynn Spears, menor de edad y embarazada…Vía