Está claro que Brad Pitt y Angelina Jolie están viviendo una de las peores crisis de su vida como pareja, lo que no está tan claro es lo que está causando dicha crisis.
Hay quien apuesta por los celos que, a pesar de todo, sigue sintiendo Angelina por la ex mujer de Brad, Jennifer Aniston, pero esa teoría se ha quedado en segundo plano después de la sonada bronca en la que Jolie le dijo al padre de sus hijos (biológicos, claro está) que se siente muy estresada, que echa de menos su libertad y que no le importaría tener otros amantes.
Todo esto añade más leña al fuego comenzado por el ex guardaespaldas de la actriz, que pretendía publicar un libro hablando de las infidelidades de la Jolie a su pareja con hombres y con mujeres.
Al final va a ser verdad lo del insaciable apetito sexual de esta mujer.
Brad Pitt estará de los nervios, aunque tampoco es quién para reprochar nada, sobre todo después del numerito del “masaje con la niñera” durante el cual los sorprendió Angelina.
Tanto estrés emocional sigue repercutiendo en la báscula de la ex Lara Croft, que no hace más que menguar y menguar, tanto que hasta ha llegado a desmayarse durante el rodaje de su última película de acción.
O a lo mejor el desmayo no ha sido sólo por la dieta sino que ha tenido algo que ver lo del chute de metanfetaminas que le ha dado ahora por meterse.
Lo que yo no me explico es cómo puede ser tenga tiempo para ejercer de madre de sus seis o siete hijos (que ya he perdido la cuenta entre los biológicos y los adoptados), trabajar en un par de películas de acción al mes, atender a su maridito, y a pesar de todo seguir teniendo ganas de amantes.
Yo no podría con eso ni con la ayuda de todas las metanfetaminas del mundo.
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