El año pasado tuvimos un gran estreno que nos llegó desde el Reino Unido.
Se trata de esa serie de tres episodios de Sherlock, una serie que retomó el mito del genial detective creado por Sir Athur Conan Doyle y lo traspasó al siglo XXI.
Mismos personajes, mismo estilo, pero distinto escenario y, claro, distinto tratamiento a los orígenes de la relación entre Holmes y su inseperable Watson.
Este año, probablemente en verano, tendremos la segunda temporada lista para su visionado.
Los tres próximos episodios tendrán sendas novelas clásicas como argumento a ser adaptado.
Sus títulos son A Scandal in Bohemia, The Hound of the Baskervilles y The Final Problem.
Esto parece indicar que sí, que los dos investigadores salen más o menos airosos del final de la primera temporada y que tendremos estas clásicas historias reformadas y adaptadas al mundo actúal.
Aunque disfruté muchísimo con los primeros episodios, he de reconocer que tengo ganas de ver cómo tratan El Perro de los Baskerville, una trama muy victoriana que puede no tener demasiado sentido en el mundo actúal.
De todas maneras, tengo la suficiente confianza en Steven Moffat como para no preocuparme y sí ponerme nervioso ante lo que va a tardar esta segunda temporada.
Benedict Cumberbach es el actor encargado de dar vida a Sherlock, mientras que Martin Freeman es su fiel Watson.
Freeman tiene una agenda complicada, ya que es el actor que interpretará a Bilbo Bolsón en la esperadísima El Hobbit.
Esperemos que no tengan que suspender una por comenzar el rodaje de la otra, porque ya nos imaginamos cual saldría perjudicada de las dos, y tampoco es plan, oye.
