Los Juanes se han coronado hoy como los ganadores de la quinta etapa de Pekín Express, la última en la China Comunista, que les abre la puerta a un nuevo país: Nepal.
En esta ocasión, ha habido doble premio: el medallón (cargadito con 5000 eurazos) y el pasaporte directo al Nepal, es decir, inmunidad en la siguiente etapa.
Este último premio también se ha otorgado a la segunda pareja más rápida, que ha sido Carmela y Antonio.
Antonio se está granjeando la simpatía general.
Con qué gracia se enfrenta el hombre a los obstáculos de la travesía.
Carmela, piénsate eso de estar separados (si es que estáis realmente separados…), que con este señor las penas son menos penas.
Los Juanes parecen unos de los concursantes más fuertes de esta edición.
Deberían andarse con ojo los policías.
Les recomendaría prestar menos atención a Alazne y Meritxell (que mucho ruido y mala leche, pero pocas nueces) y enfocar su mira a padre e hijo, que pasito a pasito, se acercan a la final.
Una buena combinación: la serenidad del padre, la perseverancia del hijo, y una relación paterno-filial con una confianza a prueba de tensiones, broncas (¡las que habrán tenido en toda su vida!) y obstáculos.
Alazne nos ha vuelto a dar el enésimo espectáculo lamentable.
Qué niña tan pesada.
Al gozar de inmunidad y poder castigar a 3 parejas con transportes-trampa, madre e hija se habían hecho ilusiones de llegar en primer lugar.
Al no ser así –ni mucho menos- y conseguir tan sólo el quinto lugar, la chiquilla se ha pillado un berrinche de narices y llorando expresaba ante las cámaras su rabia.
Tan joven y con tan mala baba.
O Meritxell está ciega o es igual que su hija y por eso no se asusta de estos arranques de mala fe.
Si no, no entiendo que no se asuste de cómo se comporta la niña.
Entre los concursantes ya se habla sin tapujos y Alazne ha sido hoy el foco de todas las críticas, insultos y otras bonitas dedicatorias: esquizofréncia, histérica, subnormal han sido sólo algunas de las lindezas.
Y merecidamente, no nos engañemos.
El día que cualquiera de sus compañeros tengan que castigar a alguna pareja, no les quedará ninguna duda, y apuntarán con tino.
Debieran irse preparando…En la parte final de la clasificación se han disputado la última plaza de salvación Miriam y Carla y Juan Antonio y Xavi.
Los chicos han acabado perdiendo.
Pero ha sido un mal menor, ya que la etapa de hoy no era eliminatoria y un sobre verde les ha garantizado la continuidad.
Eso sí, con un “hándicap”, según la organización.
La cara de miedo de Xavi ha sido memorable.
Juan Antonio, en cambio, haciendo honor a ese buen humor que luce siempre, se ha quedado con la nueva oportunidad que les brindan y con una sonrisa de oreja a oreja.
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