Oliver ha llegado a su trono de Mujeres y Hombres y Viceversa con una noticia: el tronista quiere pedir a una tal Arancha, un nombre que ya había llegado a oídos de María, su pretendienta, así que vuelve a oler a chamusquina, pero habrá que esperar para ver quién es esta chica y qué contacto han tenido hasta ahora.
A Oliver le ha molestado que María supiera tantas cosas y le ha vuelto a preguntar por un tal Kevin, un chico con el que el tronista insinúa que podría tener algo, cosa que la camarera niega rotundamente.
A la morena le ha sentado fatal y le ha contestado que a este paso no podría ni ir a trabajar para evitar rumores mientras que Oliver se pasa los días haciendo bolos y hablando con chicas.
Tamara ha intervenido para soltar una bomba: Oliver quería expulsar a María y estaba organizando un complot junto a Kevin para acusarla de engañarlo y poder mandarla a su casa.
Y lo más curioso es que María se ha quedado fría, cualquiera hubiera dicho que ya era consciente de todo eso.
María ha confesado que le había llegado ese rumor -y otros- pero que como no había pruebas no lo daba por cierto, y que de hecho no entendía que si la quería echar no lo hiciera con normalidad y sin montarle una trampa.
Lo que no entiendo es por qué María se queda en el programa con las sospechas que tiene y los antecedentes de su tronista.
Demuestra mucho interés por las cámaras y poco por Oliver que, visto lo visto, es lo mejor que puede hacer.