Los hombres de la familia Segura Moreno han vuelto a tener una experiencia de caza en Perdidos en la tribu hoy.
Si la semana pasada les tocaba cazar cocodrilos, mientras les atacaba una serpiente enorme; les ha tocado ahora cazar tiburones.
Estos dos deberían haberse hecho un seguro de vida antes de ir al programa…Rafa, el hijo, ha conseguido pescar un tiburón mientras alucinaba de sí mismo y de lo que estaba haciendo.
Los de la tribu pescan a los tiburones para luego matarlos a palo y no se amedrentan ante la dentadura que exhiben los bichos.
El padre no ha conseguido pescar ni uno, volviendo a quedar fatal ante el resto de los hombres.
En el tribunal se lo han advertido: como padre debe demostrar que es el más fuerte.
Por su parte, la hija, Mila, ha tenido también su propia batalla.
En la tribu creen que tiene un espíritu maligno en ella porque está triste.
Digo que yo que es normal no estar como unas castañuelas si a tu padre le atacan serpientes y tu hermano va cazando tiburones a palazos… La tribu ha traído a un chamán para limpiarle el espíritu.
Pero ahí no acaban sus problemas, mientras la muchacha echa de menos a su novio, uno de los indígenas se ha enamorado de ella.
El chico pretende enamorarla que ella se quede pero precisamente es la que parece tener más ganas de volver a casa.
El chico parece seguro de si mismo -y con más moral que otra cosa.
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– y asegura que no dejará que a chica se vaya.
Esta familia, a pesar de todo, parece disfrutar de la experiencia y parecen haberse entendido con los indígenas.
Prueba de ello ha sido el rato que han disfrutado jugando a las palas en la playa con grandes y pequeños.
Han acabado todos bailando y riendo y eso que no se entienden ni a tiros.
