Parece que por fin Jenny va a decidir con quién sale de la mano de Mujeres y Hombres y Viceversa: Toño (ni contigo ni sin ti) o Nacho (el niño mono que lleva dos días en el programa).
Después de la bronca con Toño en la cita final del otro día, Jenny va a ver a Nacho.
Están a punto de discutir, pero Nacho es menos orgulloso y sabe reconducir la situación y le propone un juego de los sentidos.
Jenny se queja de que sus chicos pasan mucho de ella pero es que la tronista tampoco es la dulzura y educación personificada.
Nacho intenta poner su mano en su corazón para que sienta sus latidos y ella le dice “no me rompas una uña”.
Sensible, lo que se dice sensible, no sería…Una vez en plató, lo de cada final: familiares y amigos que van al programa a dar apoyo a los pretendientes y a la tronista y todos acaban llorando a moco tendido.
Resulta un poco exagerado, porque me parece a mí que elija a quien elija el amor va a durar bien poquito: con Toño está claro que está condenada al desengaño y a Nacho a penas lo conoce.
El muchacho parece correcto y buena persona, pero claro, hasta que a uno no le pillan haciendo una barbaridad, es buena persona.
Nacho, por cierto, recibe la visita de Blanca (¿pero está chica no había engañado a medio mundo y era más mala que Cruella de Vil? ¿Qué hace aquí?).
La ex tronista le comunica sms recibidos de un gran amigo suyo que le envía ánimos y cariño.
Por su parte, Noel ha tenido cita con Álvaro, el chico que puso como número 1 en su ránking particular.
La verdad es que viéndolos juntos parece un niño con su hermana mayor.
Si Noel busca a alguien a quien quiera dominar, éste podría ser una buena opción porque ni enfadado parece que Álvaro tenga sangre.
Este pretendiente se fue a comer con Verónica, la enemiguísima de Noel y se ha liado una nueva bronca.
Y aunque no iba con ella, pero la muchacha es la salsa de todos los platos, Tamara se ha metido en la conversación para defender a Verónica y acusar a Noel de seguir llamando a David Morales.
Noel se ha puesto como una moto.
A esta chica le pones una gorra deportiva y unos pantalones anchos y parece sacada del Bronx.
Menos chulería y más clase, mujer, que así acabas siendo tronista de una tribu urbana.
Fotografía
