Al fin.
Hemos llegado a la season finale de esta genial aunque controvertida quinta temporada de Lost.
Tras el magnífico Follow the Leader, The Incident, un doble capítulo, cierra con sobresaliente esta temporada.
Desde luego es un grandísimo episodio, a la altura de otros finales de temporada de la serie.
Increíblemente, The Incident está centrado ni más ni menos que en Jacob, el misterioso hombre que nadie ha visto pero parece dominar la Isla, interpretado por el recién incorporado Mark Pellegrino, que muchos recordaréis de Dexter.
Así pues, ni Jack, ni Locke: Jacob no era nadie conocido anteriormente por nosotros.
¿Decepción? Depende, ya que su presentación y apariciones son inmejorables.
Y nos sirve como excepcional hilo conductor de la season finale.
Así pues, este doble capítulo se establece por derecho propio como uno de los grandes episodios de la serie, a la altura de las otras season finale, que siempre son geniales capítulos.
A excepción, eso sí, de Exodus, final de la primera temporada que, y ahora me vais a matar, a mí me dejó frío, sobre todo con lo de que no mostraran qué había en la Escotilla.
Suerte que lo solucionaron en Man of Science, Man of Faith con el mejor inicio de temporada que jamás ha tenido una serie.
Pero no nos desviemos del tema y analicemos The Incident.
El capítulo se abre con una escena desconcertante en la mejor tradición de los inicios de temporada.
Un hombre vestido de blanco teje un tapiz en una especie de templo y pasea por la Isla, mientras ve en el horizonte el Black Rock, que se acerca, por lo que sabemos que estamos en el siglo XIX.
Otro hombre, vestido de negro, se le acerca y discuten sobre los nuevos visitantes, siendo partidario el de blanco de darles una oportunidad, ya que incluso parece el responsable de que vengan, mientras que el de negro opina que habrá conflicto como siempre.
Al final nos enteramos de que el hombre de blanco es ni más ni menos que Jacob, que el de negro quiere matarlo y que Jacob vive precisamente al pie de la estatua, que está completa.
¡Uf!Así pues, Jacob no es ningún personaje conocido, y se nos presenta junto a su rival, no por casualidad vestidos de blanco y de negro.
Sin duda representan fuerzas opuestas de la Isla, pero yo no diría que sean necesariamente el bien y el mal.
Por su actitud, más bien parece que Jacob representa el optimismo, la fe en los humanos, en que aunque todo acabe mal el camino habrá valido la pena porque ha habido progreso; y su rival sería el pesimismo, la desconfianza en los humanos, el pensar que todo acabará saliendo mal.
Seguro que vamos a volver a ver a este rival y que acabará teniendo un nombre.
Por cierto, además añadiría que creo que el rival de Jacob se manifiesta a través de el Monstruo de Humo Negro, igual que Jacob lo hace en su cabaña.
No es tan benévolo como Jacob y está siempre dispuesto a juzgar y castigar a los humanos.
Y ser el Monstruo le permite adoptar otras formas, como veremos más adelante.
Lo genial del episodio es que sus flashbacks nos presentan el pasado de los losties y en todos vemos cómo Jacob aparece de una manera u otra para tocarlos y darles un empujoncito que los acercará a su destino.
De esta manera vemos a Kate de niña con Tom, su amiguito el del avión de juguete, a Sawyer tras la muerte de sus padres escribiendo su famosa carta, a Sayid en el momento, muy emotivo, de la muerte de Nadia, a Sun y Jin en su boda, a Jack en su famosísima operación en la que aprendió a contar hasta cinco para vencer el miedo, a Locke tras su caída que lo dejó paralítico y a Hurley antes de embarcar en el Ajira 316.
Y en todos esos momentos Jacob estaba presente y los tocó con sus manos, al parecer para darles la determinación de proseguir con su destino, y en el caso de Locke parece incluso que para salvarle la vida.
Además a Hurley le habla directamente de su misión, de que ha de montar en el Ajira 316 y le da la misteriosa funda de guitarra que aún no sabemos qué contiene.
Increíble.
También hay dos flashbacks más que se salen de la norma.
Uno es con Ilana, en el que ella está gravemente herida y Jacob aparece para encomendarle su misión (en ruso, por cierto).
Así nos enteramos de que el grupo de Ilana y Bram trabajan directamente para Jacob, por eso están por encima de las rivalidades entre los líderes de los Otros.
Y la otra excepción es el flashback de Juliet, en el que la vemos de niña afectada por la separación de sus padres, pero en el que Jacob no aparece.
O bien han eliminado la escena, o bien Jacob no se le acercó porque no iba a ser una pasajera del Oceanic 815.
Pero sin duda, como veremos, Juliet es la otra gran protagonista de este capítulo.
Por lo tanto, toda la serie cobra un nuevo e increíble sentido al saber que Jacob influyó en el destino de los personajes desde pequeños y los acabó seguramente conduciendo hacia el Oceanic 815 que los llevó a la Isla, y también al Ajira 316, igual que atrajo a los tripulantes del Black Rock, y quién sabe a cuantos más durante toda la Historia.
Al parecer, él y su rival llevan siglos, quizás milenios, jugando a una partida de ajedrez en la que ponen a prueba el alma de los humanos.
Desde luego es fascinante el grado de misticismo que ha alcanzado la serie, ya que esto parece una batalla entre dioses.
Ya lo dijo Locke en el inicio de la serie: “there is light and there is dark”.
Y en cuanto a la trama central del capítulo tenemos dos escenarios principales: los losties en la Dharma de 1977 y los Otros en 2007 siguiendo a Locke para ver a Jacob.
En el caso de Locke cada vez comprendemos más que éste no es el Locke de siempre, y le propone a Ben que sea él quien mate a Jacob.
El grupo pasa por el antiguo campamento de los losties y allí Sun encuentra el anillo de Charlie; por fin hace algo útil, a ver si al final se lo acabará dando a Claire o Aaron.
Finalmente llegan al lugar donde Jacob vive, que ya no es la cabaña, sino el templo bajo la estatua que hemos visto al inicio del episodio, y Locke entra acompañado de Ben.
Y mientras, Ilana y Bram intentan convencer a Lapidus de que ellos son los buenos.
Ya sabemos lo que significa eso en esta serie, normalmente justo lo contrario, pero en esta ocasión entendemos que tal vez dicen la verdad, porque queda bastante claro que es el grupo que trabaja para Jacob.
Encuentran su cabaña vacía y la queman, a saber por qué.
Lo que está claro es que Jacob, según ellos, lleva tiempo sin utilizarla, así que seguramente Christian no hablaba en nombre de Jacob, sino de su enemigo.
Y todo el tiempo transportan una enorme caja que muestran a Lapidus y hace que se asombre.
¿Qué contiene?Cuando encuentran a los Otros salimos de dudas, ya que muestran a Richard el contenido de la caja, tras ver que conoce la respuesta a la pregunta “¿qué yace bajo la sombra de la estatua?”: “aquél que nos protegerá (o salvará) a todos”, es decir, Jacob.
Y lo que hay en la caja es ni más ni menos que ¡el cadáver de John Locke! Por lo tanto, el Locke que se ha estado comportando de manera extraña desde su resurrección es un impostor que ha tomado su forma, con toda seguridad el rival de Jacob.
Así pues, el rival de Jacob convenció a Ben, a través del Humo Negro, de que debía obedecer a Locke, para después persuadirlo de que matara a Jacob, ya que por alguna regla él mismo no puede hacerlo.
Y finalmente, Ben se encuentra con Jacob, que le dice que este Locke impostor lo está engañando.
Pero Ben expresa toda su frustración por el desprecio que durante tantos años ha recibido por parte de Jacob, que no se dignó a aparecerse ni una sola vez, y por el que incluso perdió a su adorada Alex.
Y lleno de rabia, en una escena realmente potente, Ben apuñala a Jacob y lo mata.
Realmente Michael Emerson borda en este momento su interpretación de un Ben con un enorme complejo de inferioridad, deseoso de reconocimiento, que finalmente se revela por pura frustración.
Y terrorífica es la interpretación de Terry O’Quinn como un Locke que ya no es Locke, sino el rival de Jacob, que mira con satisfacción como sus deseos de que muera se ven al fin cumplidos.
Por cierto, que espero que de algún modo regrese el John Locke de toda la vida, porque sería muy triste que realmente hubiera muerto a manos de Ben tras su intento de suicidio, en su hora más oscura.
Locke se merece mucho más que ser la forma que adopta el rival de Jacob.
Ah, y todo indica que este rival es seguramente el villano final de la serie, con Ben como su mano derecha.
Y el Monstruo, y tal vez Christian Shephard, también a sus órdenes.
Las últimas palabras de Jacob son “they’re coming”.
No sabemos a quién se refiere, aunque yo apostaría por los losties que están en el pasado, que regresan al presente.
Igualmente, decimos adiós a Jacob, un personaje fascinante, justo cuando acabamos de conocerlo.
Espero que no sea ésta su última aparición.
Sería genial, por cierto, que ocupase el cuerpo del verdadero John Locke, así tendríamos de nuevo a ambos personajes.
Sólo es una teoría, pero así se explicaría que Ilana llevara el cuerpo de Locke hasta Jacob.
Y tendríamos a Terry O’Quinn haciendo dos papeles, de héroe y de villano, por lo que disfrutaríamos por partida doble del gran actor.
Y hablando de los losties del pasado, todo gira alrededor de Jack y su loco plan de cambiar lo que pasó detonando Jughead en El Cisne.
Como bien dice Miles, la voz de la razón, y el único que parece entender como funciona la teoría del tiempo consistente, lo que están haciendo tal vez sea lo que provoque que todo ocurriera de la manera en la que debía ocurrir.
Pero basta con decirle a Jin que verá a su esposa y ser simpático con Hurley para que te sigan a todas partes.
Por cierto, que Sayid es herido de gravedad precisamente por Roger, el padre de Ben; espero que no sea esto el fin del iraquí.
Ah, y genial que sea Jack quien da fe en el pasado a Richard para que siga creyendo en Locke.
No sabe la que ha liado…Y mientras, Kate intenta convencer a Sawyer de que vuelvan a detener a Jack para que la bomba no explote, pero el sureño piensa que ésta ya no es su guerra.
Es la divina Juliet quien le hace cambiar de opinión, dejando inconsciente al guardia y liberándolos; eso sí, más adelante reconoce que lo hizo para no irse con Kate, visto como James la miraba.
Tras dejar el submarino y llegar a la playa se encuentran ni más ni menos que con Rose, Bernard y Vincent, a los que echábamos de menos, y que han estado estos tres años escondiéndose en la selva.
No les hace mucha gracia que los encuentren (impagable el “son of a bitch” de Bernard), pero les ayudan indicándoles el camino y se despiden de ellos, quedándose solos, tal vez para morir, pero unidos.
Precioso.
Por cierto, que esta situación hace que sea realmente probable que los dos esqueletos encontrados en las cuevas en la primera temporada fueran los de la pareja, que se quedó en 1977, así que tal vez sea la última vez que los veamos.
Grandes.
Incluido Vincent.
Y finalmente los losties se reencuentran y Jack y Sawyer discuten lo que van a hacer, llegando a las manos en una brutal pelea.
Pero al final es la opción de Jack la que gana, tras la intervención de Juliet, que prefiere que nada haya ocurrido para así no conocer a Sawyer y por tanto no sufir el tener que perderlo.
Kate también es convencida finalmente, así que al final Jack logra un amargo consenso y parte con el núcleo de Jughead hacia El Cisne.
Sigo pensando que la idea de Jack de hacer que el 815 de Oceanic aterrice en Los Angeles como si nada hubiera ocurrido no tiene ni pies ni cabeza y se salta a la torera las leyes del espacio-tiempo, ya que si nunca llegaron a la Isla no podrían haber retrocedido en el tiempo para hacer que no llegaran.
Pero en fin, es bonito ver a Jack ilusionado de nuevo con arreglar las cosas, aunque, como reconoce en el fondo, todo lo hace por Kate.
El buen doctor entra a lo comando en la construcción de El Cisne, y lógicamente Radzinsky le pone las cosas difíciles, con la única resistencia del doctor Chang, que insiste en que dejen de perforar, aunque ya sabemos que a Radzinsky nadie le hace cambiar de opinión, sobre todo teniendo en cuenta que está deseando estrenar su maqueta.
Finalmente, con la ayuda de los otros losties, y tras un espectacular tiroteo, los hombres de Radzinsky son reducidos y Jack se acerca al pozo para lanzar el núcleo de Jughead.
Es el momento que todos han estado esperando, y también nosotros, y la tensión y la emoción son increíbles cuando Jack lanza esa bomba destinada, en teoría, a cambiar la historia para siempre, y hacer que no se hayan conocido nunca.
Las miradas que se lanzan los componentes del cuadrángulo amoroso no tienen precio, expresando sus esperanzas y temores ante el instante decisivo.
Pocas veces en Lost se ha logrado un momento así.
Y entonces, nada.
Nada de nada.
La bomba no explota, vaya chasco para Jack.
Lo que sí ocurre es la liberación de la energía electromagnética, que atrae todo el material metálico, haciendo que Phil muera y que sepamos cómo el doctor Chang perdió su brazo.
Pero lo peor es que mi adorada Juliet es arrastrada por unas cadenas hasta el pozo.
Kate y sobre todo Sawyer hacen lo imposible por salvarla, pero Juliet entiende que ha llegado su hora, y en un momento muy emotivo, tras decirle a James cuánto le quiere, sus manos se separan y cae al abismo.
No hace falta decir que, aunque me veía venir que Juliet iba a ser la lostie que moriría en esta season finale, porque su función ya había acabado y el cuadrángulo necesitaba volver a ser un triángulo, su pérdida me produce una gran tristeza.
Era uno de mis cinco personajes favoritos, y sin duda mi fémina predilecta de la serie, una mujer fuerte cuya mirada podía transmitir un sinfín de sensaciones contradictorias, enorme trabajo de la actriz Elizabeth Mitchell.
Así pues, no te olvidaremos, Ju… ¡Un momento! ¿Está viva? Pues sí, parece que Juliet sigue viva, aunque agonizante, en el fondo del pozo.
No lo esperaba nadie.
Pero lo más inesperado es que, armada de una última determinación y de una piedra, golpea el núcleo de Jughead que yace junto a ella, en un heróico y emotivo sacrificio que nos recuerda el giro de llave de Desmond o la muerte de Charlie, hasta que finalmente la bomba explota, tras su “son of a bitch”, guiño a su amado Sawyer.
Todo se vuelve blanco.
El título de Lost aparece con los colores invertidos, negro sobre blanco.
Y todo ha cambiado para siempre.
Fin.
Y ocho meses de espera.
Argh.
Pues sí, esto ha sido The Incident, un doble capítulo digno de una season finale de Lost, con emoción, drama, heroísmo y sacrificio.
Con magníficas interpretaciones de sus actores y una banda sonora a la altura del gran Michael Giacchino, que entrelaza magistralmente versiones de los temas de los personajes.
Donde hemos obtenido muchas respuestas, sobre todo sobre Jacob, pero tenemos nuevas preguntas que nos atenazarán durante estos nueve meses.
Donde hemos visto como Jacob ha guiado el destino de nuestros personajes, y hemos conocido a su rival, el quizás antagonista principal de la serie, que ha tomado la forma de Locke.
Y casi con toda seguridad hemos perdido a mi adorada Juliet, de una manera heróica y emotiva, eso sí, que nos hará recordarla como el gran personaje que siempre ha sido.
Adiós, Juliet.
¿Y ahora qué? Francamente ni idea.
Éste ha sido sin duda el final de Lost más lleno de posiblidades.
A partir de aquí puede pasar absolutamente cualquier cosa.
Cualquier cosa.
Tanto que los losties, debido al estallido electromagnético y nuclear, acaben en 2007 con el resto de personajes, como que realmente Jack haya conseguido arreglar las cosas y su vuelo acabe en Los Angeles (por Jacob, espero que no).
Incluso pueden acabar en una realidad paralela en la que nada haya ocurrido, mientras los acontecimientos en el presente siguen su curso, y finalmente se haga necesario su regreso para la guerra en ciernes.
Lo dicho, cualquier cosa.
Y está claro que si el final de la cuarta temporada volcó definitivamente la serie hacia la ciencia ficción, el final de esta quinta lo ha decantado hacia el misticismo y una batalla épica entre dos fuerzas sobrenaturales.
Habrá mucha gente que abandone el barco, pero yo pienso seguir en él hasta el final de esta maravillosa travesía, que promete muchas emociones y sorpresas.
Por cierto, que incluso ha aparecido ya la primera promo de la sexta y última temporada de Lost.
Lógicamente no esperéis ninguna escena, ya que aún no se ha rodado.
Simplemente es un método cruel de los guionistas de torturarnos aún más durante estos largos ocho meses.
Pues sí, “destiny found”, destino encontrado, eso prometen en la última temporada de Lost.
Y seguro que empieza con un ojo, cómo no.
¿De quién? Tenemos tiempo para hacernos la pregunta.
Eso sí, la pregunta que más me hago ahora mismo es ¡¿dónde está Desmond?! ¿Se ha olvidado de que sale en la serie? Sólo espero que en la última temporada tenga algún papel especial, porque si no sería uno de los personajes más decepcionantes de la historia de la televisión, a pesar de que sea mi favorito.
En fin, lo dicho, que estos ocho meses van a ser un infierno, y ahora ni siquiera podemos encomendarnos a Jacob.
Así pues, propongo una hibernación general, o mejor aún, un salto en el tiempo.
En nuestro destino nos espera la deseada e inimaginable temporada final de esta gran serie, Lost.
Reviews Quinta temporada de Lost en seriesTVblogEp16-17: The IncidentEp15: Follow the LeaderEp14: The VariableEp13: Some Like It HothEp12: Dead is DeadEp11: Whatever Happened, HappenedEp10: He’s Our YouEp09: NamasteEp08: LaFleurEp07: The Life and Death of Jeremy BenthamEp06: 316Ep05: This Place is DeadEp04: The Little PrinceEp03: JugheadEp02: The LieEp01: Because You LeftFotografías
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