Este fin de semana Hollywood ha acogido el bodorrio del año: el enlace del productor Brad Grey con la guapísima Cassandra Huysentruyt, que han reunido a algunas de las estrellas más importantes del mundo del cine en su mansión de Bel Air, en un evento a todo lujo.
Tom Cruise y su mujer Katie Holmes (que cada día me parece más y más sosa) fueron de los primeros en llegar, cogidos de la mano.
La actriz apareció con un conjunto de falda gris perla con vuelo y una camisa blanca, en look muy de niña buena –como ya nos tiene acostumbrados, y con unas sandalias marrones que aún no he conseguido descubrir con qué combinaba.
Tras la pareja, llegó Brad Pitt sin corbata y con el pelo engominado hacia atrás (parecía más su personaje del Club de la Lucha que otra cosa) que acudió sin su Angelina, a la que cambió por su manager –la rubia que aparece en la foto con él-, con un look muy parecido al de Katie.
Si hubo una famosa con un modelito espectacular, esa fue Jennifer López, que eligió un vestido de corte sirena y escote palabra de honor, en un gris plateado, con el pelo recogido y marcando las curvas que la han hecho famosa.
Guapa, guapa, guapa.
Gwen Stefani rompió con lo aburrido de los modelitos, fiel a su estilo.
La cantante eligió un vestido de gasa de manga corta negro a lunares blancos que contrastaba con su piel pálida y su rubio platino.
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