En Sálvame ayer tuvimos un ratito así de traca, no diré que divertido (porque a mí ya hay cosas que ni me divierten) pero sí digno de mencionar y contar.
Imagino que estáis al día, como buenos cotillas, de que siguen con el tema Lydia Lozano-hija de Albano, y que contactaban con una señora, Magali Fagilde, para hablar del tema (bueno, era para tener polémica, pero el hecho es que contactaban).
Bueno, pues ayer entró otra vez.
Ella entra con peluca, con unas gafas de sol y yendo de sobrada por la vida, pero los de Sálvame ya, perdieron la cabeza, y lo más sorprendente fue que el presentador, Jorge Javier Vázquez, que es el que tiene que hacer mantener la cordura del grupo, fuera casi el más heavy al dirigirse a ella.
Ella es una buena pieza, no vamos a negarlo.
Habían descubierto que la señora esta tenía en su Facebook descalificaciones hacia todos los miembros del equipo, así que se veía venir la guerra.
De Belén Esteban tenía escrito por ejemplo que “la zafiesa del pueblo aporta toda la basura que la cadena exporta”.
A los demás los llama “el mataporros, la Jiménez (Mila), la vieja salida de nombre Karmele, la peluquera de la Jurado o el escupepiños de Gran Hermano Kiko Hernández limita la credibilidad del programa”.
Aun no llego a entender muy bien cómo tuvo narices la señora de ponerse delante de una cámara a hablar con gente a la que había insultado de esta forma.
De Jorge Javier fue del que más dijo, “hace apología de todo aquello que le es propio, su mariconería, su mama, su paso por la caja de un supermercado, su despotismo, su zafiedad, su calidad de mala persona y un larguísimo etc” y luego dice que es “lo más despreciable y nauseabundo como ser humano y como profesional”.
Todo esto con millones de faltas de ortografía.
Y dice además que nunca ha visto el programa ¿y cómo los conoce a todos?Total, que contactan con ella, y Belén le empiez a agritar, “¡la mujer del camarero, sinvergüenza, a la mierda!” y ella mientras les manda un saludo “gente de premio Nobel, mucha suerte, en este caso mucha mierda” y Jorge Javier no se aguantó y acabó diciendo que la dejaban irse, porque tendría que hacer un servicio, a trabajar a un lugar de lucecitas “porque tiene una pinta de golfa arrastrada que no puede con ella”, añadiendo luego lo siguiente: “¡Adiós, tía guarra!”Creo que luego le dirían algo por el pinganillo a Jorge, o que él mismo pensó un poco y empezó a retractarse diciendo que no había dicho “adiós tía guarra” que lo habíamos oído mal y que él había dicho “ponme otra jarra”.
Siempre creo que con algunas cosas de Sálvame puedo decir que lo he visto todo, pero está claro que no, pueden seguir superándose día a día, con el glamour, exquisitez, saber estar y todo eso de la gente con la que hablan y con esas idas de cabeza tan tremendísimas.
Si no os vale con mi relato, aquí tenéis el vídeo.