Al final las peores pesadillas de las fans del Duque se han hecho realidad, y la serie ha cerrado su último capítulo con un desenlace que ha disparado el consumo de pañuelos de papel en nuestro país.
Hemos conservado la esperanza hasta el último momento, y hasta hemos acariciado la expectativa de que finalmente la pareja de enamorados consiguiera dar esquinazo a todos sus perguidores.
Nos hemos emocionado cuando el Duque le ha dicho al señor al que secuestraron para que les ayudase a huir en su furgoneta, que pretendía casarse con Cata.
Y hasta nos la imaginábamos ya, de blanco y con flores en el pelo, casándose en secreto en alguna escondida isla paradisíaca.
Pero justo en el momento en el que la ternura estaba a flor de piel, y Cata tenía en sus brazos el bebé de una señora que andaba por allí (y todos la veíamos ya sujetando el bebé de bucles dorados que de buen seguro iba a tener con su amado Rafa), ha aparecido Morón, que había quedado aparentemente muerto en el tiroteo previo con los amantes, pero que llevaba en realidad un chaleco antibalas.
Y le ha llenado el pecho de plomo al mafioso sexy con la voz más cavernosa de la televisión.
Y casi acaba también con ella, de no ser porque en el último momento, Rafael Duque lo ha mandado al otro barrio.
Ha seguido la escena dramática, emotiva, Cata ha dicho la consabida frase de “no te preocupes Rafa, ya verás como vas a ponerte bien…” (¿por qué siempre que dicen eso en una serie o peli, el prota acaba muriendo?).
Y yo ya en ese momento he visto clara la sentencia, aunque después del despiste de Lucas en Los Hombres de Paco ya no me fío ni un pelo.
Pero, sí.
El Duque ha muerto.
Ha muerto ensangrentado en brazos de su amada, como corresponde a las buenas series de acción.
Pero ha muerto en paz, sin odios ni resentimientos, orgulloso del precio que ha tenido que pagar por amar a Catalina.
Nos ha costado reaccionar, y seguramente muchos espectadores estaban aún con el nudo en la garganta cuando han aparecido las últimas imágenes de la serie: Catalina en la cárcel, condenada a 13 años de prisión por todas las escabechinas que ha ido dejando tras de sí su apasionada historia de amor.
Poco margen queda ya para giros inesperados de guión, o para personajes que finjen su muerte, pero un mosqueante “continuará” ha acompañado al último fotograma… Os dejo el vídeo de los últimos minutos.
No apto para corazones sensibles.
Vía