Lily Allen es una tía sin ningún complejo y con muy poca vergüenza.
Por eso no tiene reparos en enseñarnos sus tetas desde un balcón de Italia, por ejemplo (ahí el timidillo fue su novio, que se las tapó), ni pudor alguno al hacernos participes de su tremendo culo celulítico y fofo.
Pero si hay algo que desmadra más que cualquier historia física o descuido es su adicción no escondida al alcohol.
El del otro día (cuando la pillaron por los suelos como una cuba perdida) no fue ni la primera ni la última (porque dudo mucho que esta chica escarmiente, ni aún viéndose tan patética en todas las fotos que le hicieron).
De ahí también que le den ramalazos agresivos.
Patético.
La verdad es que no es algo de lo que pueda sentirse nada orgullosa y la mayoría de las fotos que os dejo a continuación son verdaderamente lamentables, propias de una choni de barrio.
Si esto ayuda a que el próximo finde alguien se controla un poquillo más bebiendo con tal de no parecer un mono mal bebido con el rimel corrido y las medias todas rotas, me alegro.
Momentazos de Lily Allen pillada borrachaFotografía
