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Ni rastro queda ya de la Hannah Montana juvenil que encandilaba a niñas y jovencitas del mundo entero, y es que Miley Cyrus se hace mayor, tiene 17 años, y su discográfica ha decidido que ya es hora de que deje atrás su imagen de infantil y de que su padre se oponga a que su niña lleve minifaldas, que si lo que quiere es vernder, tiene que empezar a enseñar pernera y otras cosas.
Con su nuevo single, “Can’t Be Tamed”, Miley ha cambiado su look, es mucho más sensual con ese body que le deja las piernas a la vista y un escote discreto pero existente.
Además, ha actuado en el reality Dancing With The Stars y hemos podido comprobar que su coreografía no tiene nada de recatada, pues Miley se transforma en una especie de ángel oscuro que se insinúa a las chicas que bailan con ella.
A pesar de todo, Miley tiene un problema, y es que todavía tiene muy reciente el cliché de Hannah Montana, por lo que se hace raro verla intentando ser mayor y sensual; será lo mismo que le pasará a su papá, que ve cómo la niña se va independizando y se va transformando en icono sexual.