Sigue eternamente este Gran Hermano El Reencuentro, y para eso no paran de meter a concursantes, sacados del baul de los recuerdos.
Hoy le toca entrar a Dani Rubio y a Marusky, los dos de Gran Hermano 8.
Dani está más gordo, en el plató está su mujer, Laura, que es la concursante con la que se casó, así que él lo tiene claro “yo me llevé el premio gordo”.
Y conectan con Mercedes Milá y sus retahilas de la magia de Gran Hermano, “la magia de Gran Hermano que hace posible estas cosas.
” Es pesadita la mujer.
La cuenta pendiente que tienen es aquella prenda misteriosa que desapareció en su edición de Gran Hermano, un sujetador de Marusky negro que alguien le mangó.
Y sí, fue Dani, que iba de malote y de liante, pero él lo negó hasta el infinito.
Y sólo por la tontería del sujetador, los reunen y los meten como pareja en la casa.
Y digo yo que como tengan un paso tan sonado como Jorge y María José (del que no se ha oído nada de nada esta semana) las llevan claras.
Viendo el vídeo de lo mal que se llevaban ella se rie, pero no con cara de reirse de verdad, y él sonríe.
Luego hablan del programa, de que no lo ven.
“Ahora me diréis que no véis Gran Hermano”, dice Mercedes irónicamente.
¡Mercedes, sí hay gente que no lo ve!
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