Anup llegó al plató de Gran Hermano 12 tras su expulsión emocionado.
El indio se defendió como puedo de las acusaciones de traidor y “perro”, pero tuvo suerte de que varios de los compañeros que tanto lo habían acusado eran de los repescados y, por tanto, no tuvo cara a cara.
Sólo lo tuvo con Julia, que parecía feliz de tenerlo y delante y a la que deseó que alguien le pagará algo de educación.
Con él junto a la Milá, conocimos también a los nominados: Jhota, Patricia, Laura y Marta.
Si fuese creyente, rezaría para que la audiencia expulse a Jhota o a Patricia de una vez y rompa con ese tridente de seres insoportables que componen junto a Terry.
No se puede ser ni más friki ni más fingido y no merecerían llegar a la final.
Ni ellos ni nuestros tímpanos.
Laura se pilló un buen mosqueo al saber que Lydia y Terry la habían nominado.
La de Parla las consideraba sus amigas y entendió el gesto como una buena puñada por la espalda.
Lydia intentó quitarle hierro al asunto asegurando que ella no se enfadaría si la nominaran.
Querida, eso lo veremos cuando te llegue el turno, que ese “buen rollismo” no se le cree nadie.
El programa volvió a demostrar su mala leche dejando para el final la noticia que confirmaba que Rubén era el último repescado.
El gaditano ya no tenía uñas de ver como su ex entraba en la casa junto a los guapos de Yago y Óscar.
Ojalá ahora Rubén demuestre que es algo más que un títere en manos de Chari, y que tiene orgullo, porque me temo que con la convivencia vuelvan a caer.
Al fin y al cabo esta pareja lo deja y regresa como quien se cambia de calcetines.
Mireia ha sido la cuarta repescada.
Para mí es todo un misterio qué ha empujado a la gente a votarla, porque en la casa no dio ningún juego y resultó más aburrida que una sesión parlamentaria.
¿Fue acaso el comentario populista a Rubén de “no te mereces a la novia que tienes”? Pues sí que es fácil ganarse el favor de la audiencia… Con el juego y el mal rollito que hubiera generado Julia.