Los chicos de Gran Hermano 12 son gente de blancos y negros.
Si la semana pasada fue la etapa de la gran bronca y de los malos rollos, parece que ésta será la del amor.
Aunque, parasafreando el título de la famosa película, no sé por qué le llaman amor, cuando quieren decir sexo.
Laura y Marcelo parece que ya no pueden más.
Con tanta manita bajo el edredón y en el lavabo, el cuerpo les pide más caña y la de Parla le ha acabado prometiendo al “Malaguita” que si siguen en la casa para Reyes “ya sé lo que te voy a regalar”.
En otras palabras, la deseada hora sin cámaras.
La cara que se le va a quedar a la madre de Laura que el otro día suplicaba que no lo hiciese porque si no a su padre le daba algo…Por su parte, Chari y Rubén también se han dejado llevar, aunque en un arrebato muy poco espontáneo.
La rubia teme que su novio pueda ser el expulsado (y ver en plató los vídeos con Julio el Feroz, supongo) y ha decidido hacer todo lo posible para que la gente eche a Jhota y no a Rubén, así que le han dado al edredoning para ver si el morbo les asegura la permanencia.
La secuencia, con Chari “buceando” bajo el edredón y las caras de las dos parecen la antesala de una peli porno de los 80 (por el cardado de ella sobre todo).
Jhota y Marta, los otros dos nominados, por su parte, hacen sus elucubraciones.
La gallega, como se ha salvado otras veces, no parece muy insegura y asegura esperar que la gente eche a Jhota y no a Rubén, y que si fuese su amigo el elegido, se sentirá muy mal.
Jhota, que es más inestable que Doctor Jekyll, lo mismo canta reggeton en el patio que llora como una Magdalena porque se quiere ir a su casa… Pues por mí, ya se iría, ya.
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