Ya está, Amy Winehouse ya es una mujer libre.
Según anunció ayer su portavoz, el juzgado ha resuelto la separación definitiva de su marido Blake Fielder-Civil.
Allá por febrero y marzo Amy estaba resuelta a resolver todo esto y a reconquistar a Blake, pero lo que no puede ser, no puede ser y además, es imposible.
La chica de los ojos pintados y los churretes dijo que hasta dejaría la música por amor si hacía falta, pero esta historia turbulenta, de cuernos y cárceles no parecía tener buena resolución, por mucho que ella insistiera en que no quería divorciarse bajo ningún concepto del niño de sus ojos.
La petición de divorcio le llegó en enero desde la cárcel; Blake cumplía condena, y la llamaba todo feliz “diva basura del soul”, todo por despecho, ya que la acusaba de ponerle los cuernos, después de que se publicaran unas fotos de Amy coqueteando con otro hombre durante sus “vacaciones en la isla caribeña de Santa Lucía”, que no eran vacaciones en realidad, sino reclusión en un centro de desintoxicación.
La parejita se casó en Miami en mayo de 2007 y desde entonces Amy ha estado varias veces en el hospital y clínicas de desintoxicación cancelando muchos de sus conciertos.
Lo que ha querido hacer firmando el divorcio express es centrarse ya y olvidar de una vez a Blake.
No se yo si esto servirá de mucho…Nada Amy, que desde que le dió el ataque de celos Blake dijo que no te iba a perdonar, y no te ha perdonado, pero haces bien en intentar centrarte y en darte alas, y a ver si algún día damos una notica feliz tuya, que todo son catástrofes.
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