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Sin tetas no hay paraíso S03E14: El corazón de las tinieblas. Review

El último capítulo de Sin tetas no hay paraíso terminó con la aparente muerte de Catalina (Amaia Salamanca).
Sin embargo, las cosas no son como parecen y si queréis saber más detalles sobre el nuevo capítulo no dejéis de leer…El episodio comienza con Cata tendida en el suelo y Jessi (María Castro) huyendo el lugar del crímen junto a Mejía (Juan Alfonso Baptista) .

Enseguida llega una ambulancia y los médicos atienden a Catalina.
Entre ellos está Pablo (Fernando Andina), el novio de Jessi.
Rápidamente la suben en la ambulancia y la llevan al hospital.
Mientras tanto, Jessi le comunica a Mejía que Catalina está muerta.

Sus amigas, ajenas a lo que está ocurriendo reciben la llamada desesperada de Paula (Iris Lezcano).
Ésta les dice que Catalina ha recibido varios disparos y que está en el hospital.
La Roca (Manolo Cardona) también se entera de lo ocurrido a través de Prieto, que llama por teléfono a Quesada para avisarle.
Enseguida va hacia el hospital y una vez allí se encuentra con Vane (Xenia Tostado) y con Cris (Thaïs Blume).

El médico sale y les dice que si ninguno son familiares directos de Cata no puede decirles nada, sin embargo, La Roca saca su placa y le dice que está investigando el tiroteo del que fue víctima Catalina.
Éste accede y les dice que la paciente ha muerto de camino al hospital y que no pudieron hacer nada para salvarle la vida.
Jessi también llega al hospital y La Roca le reprocha que por culpa de su falso chivatazo Catalina está muerta.
Ésta le dice que él no la supo proteger cuando ella se lo pidió y que si hubiera acabado antes con Mejía esto no hubiera pasado.
Aún así le dice que todavía está a tiempo de acabar con él y de vengar la muerte de Cata.
Éste le toma la palabra y se dirige al Ginger para acabar con Mejía, el cual está celebrando la noticia.
Una vez allí, le apunta con una pistola y cuando se dispone a apretar el gatillo aparecen la inspectora Rueda (Ana Álvarez) y Vergara (Iker Lastra), que habían sido avisados por Quesada de las intenciones de La Roca.
Detienen a Mejía porque, gracias a las cámaras de seguridad de algunos negocios próximos al lugar del crimen, han descubierto que su coche se encontraba allí en el momento del tiroteo.
La inspectora Rueda y Quesada interrogan a Mejía, pero éste sigue afirmando que él no le hizo nada a Catalina porque no tenía nada en contra de ella.
Sin embargo, les cuenta que quizás la culpable de su muerte pueda ser su propia hermana Daniela (Yuriria del Valle).
Aunque en un principio no le creen, cuando reciben el informe de las huellas de la pistola coinciden con las de Daniela.
Además, en las cámaras de seguridad logran ver la imagen de una mujer muy parecida a ella.
Mejía queda entonces puesto en libertad.
En el hospital, Paula pide ver el cuerpo de Catalina, porque su madre se lo ha pedido.
Cuando van a ver el cadáver, allí no hay nada.
Paula, muy nerviosa, exige saber qué ha pasado con su amiga.
Enseguida el médico les informa de que alguien llamó a la funeraria el día anterior y por confusión se llevaron el cuerpo de Catalina para incinerarlo.
La Roca se pone furioso porque sólo con las balas que tenía el cuerpo de Catalina podían demostrar la culpabilidad de Mejía.
Después, Cris y Vane le hacen algunas preguntas a Jessi sobre las horas antes de que Cata muriera.
Ésta les dice que no había hablado con ella desde el día anterior, sin embargo, Vane se da cuenta de que está pasando algo raro con la muerte de su amiga.
Por eso, decide confiarle sus sospechas sobre Jessi a La Roca.
Le dice que ella la conoce desde hace muchos años y sabe que haría cualquier cosa por salvarse, por eso, es posible que esté compinchada con Mejía.
La Roca duda que eso sea posible pero aún así revisan el registro de últimas llamadas del movil de Cata y allí aparece la de Jessi, justo una hora antes de su muerte.
La Roca se presenta en casa de la pelirroja y la culpa de la muerte de su chica.
Después, se la llevan a la comisaría para interrogarla, pero ésta sigue manteniendo que no tuvo que ver nada en ese tiroteo.
Después de pasar toda la noche en comisaría, la dejan en libertad, pero La Roca le avisa de que han difundido el rumor por todo el barrio de que ella finalmente ha delatado a Mejía, por lo que su vida está en peligro.
Jessi sale a la calle muerta de miedo y justo se encuentra con el coche del mexicano.
Pancho le pide que suba y dentro está él.
Jessi le dice que ella no le ha contado nada a la policía, pero aún así Mejía se la lleva con él.
En un lugar apartado, paran el coche y éste saca a Jessi a empujones.
Además, le pide que se arrodille en el suelo.
Ésta piensa que el narco la va a matar, pero Mejía le dice que lo único que quiere es que le acompañe para rezarle una oración a su hermana Daniela.
Mientras tanto, La Roca y las chicas acuden al funeral de Catalina.
Cuando termina, Vane, Cris y Paula van al mirador donde su amiga se reunía con el Duque (Miguel Ángel Silvestre) y esparcen por allí sus cenizas.
Entonces, aparece una imagen de Catalina en casa de Salvador (Simón Andreu).
Está viva y vemos como le dice a su amigo que se siente fatal por haber fingido su muerte.
Sabe que todos lo estarán pasando fatal, sobre todo, su madre.
Salvador le dice que era necesario que lo hiciera, ya que sino ahora mismo estaría muerta de verdad.
También le dice que cuando pase el tiempo podrá volver y explicarlo todo.
Al parecer lo de su muerte era un plan ideado por ella, Pablo y Jessi.
Cata robó del coche de La Roca un chaleco salvavidas y Pablo trajo del hospital bolsas de sangre caducadas.
Jessi sabía que Mejía le pediría que la matara, así que por eso la citó en el mirador.
Allí la disparó y cuando llego la ambulancia, Pablo estaba entre los médicos.
Cuando llegaron al hospital, Cata se deshizo de toda su ropa y Pablo hizo pasar por ella el cuerpo de otra chica.
Después, le dijo a Cata que se marchara cuanto antes de allí y él llamó a la funeraria para que vinieran cuanto antes a incinerar su cuerpo.
Después, Mejía habla con Jessi y le dice que quiere que ella siga siendo la dueña del Ginger.
Ésta le dice que eso no puede ser y el narco le dice que no piensa dejarla marchar sabiendo todo lo que sabe.
Jessi no tiene salida, pero cuando se lo comunica a Pablo, éste le dice que a él no le importa dejar todo para marcharse con ella a un sitio donde no les encuentren nunca.
Jessi le dice que no quiere estar toda la vida huyendo y Pablo corta con ella porque dice que ya no aguanta más.
Jessi le suplica que no se marche, pero no hay vuelta atrás.
Después, recibe una llamada de Cata, que está en un aeropuerto a punto de marcharse del país.
Sólo quería comprobar que su amiga estaba bien y despedirse de ella.
Al final, Jessi termina en la cama con Mejía, mientras Cata guarda su maleta para marcharse.
Sin embargo, aparece una mano por detrás y la deja inconsciente.
¿De quién será esa mano? ¿Sabrá Mejía que no está muerta? Vía

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