Este programa es una verdadera caja de sorpresas.
Ya estaba yo acoplada en el sofá dispuesta a disfrutar de lo que presumía una tarde de lo más previsible en el plató, cuando, antes de entrar en el tema de las citas, Álex ha declarado que había una de sus pretendientes en la que no confiaba, y que no quería que siguiera en el programa.
No se trataba de otra que de Gema, que si bien es verdad que no es una de las más populares, tampoco ha hecho nada tan descabellado como para ganarse así sin venir a cuento la expulsión.
El motivo según el tronista, es que alguien le ha contado que la chica iba a decir algo malo de alguien en el plató, aunque al final no lo hizo.
A mí me recuerda un poco al chiste del padre que le pega un sopapo al niño, y cuando el pequeño se queja de que no ha hecho nada, el padre contesta: “Pues para cuando lo hagas, hijo mío, para cuando lo hagas”.
Pues eso le ha pasado a Gema, que no ha hecho nada pero se ha llevado el premio igualmente.
Álex la ha acusado de mentirosa y de manipuladora, aunque no ha querido especificar qué le han dicho, ni quién se lo ha dicho, y ella ha afirmado estar muy decepcionada: “Tú eres el que me está decepcionando.
Yo no he manipulado a nadie, si alguien lo ha pasado mal en este plató, he sido yo, yo he sido la que ha estado recibiendo amenazas desde que entré, por teléfono, en mi casa, tengo una denuncia puesta.
De todos modos ya había decidido que si no tenía hoy una cita con Álex me hubiera ido igualmente, no quería estar aquí para calentar una silla, lo sabe mi redactora desde esta mañana.
Yo no he manipulado a nadie.
Pero el tiempo pone a todos en su sitio.
Sólo espero que no te pase como a Soraya.
”Pipi, no lo tiene tan claro, porque según él, “se puede engañar a una persona, pero no a todo el público.
Y si la audiencia y sus propias compañeras están contra ella, por algo será”.
Y ante tanta presión, la ahora ex-pretendienta no ha aguantado más y ha salido del plató envuelta en la poca diginidad que le quedaba.
Pasado este mal trago, por fin hemos podido recuperar el ritmo normal y hablar de las citas del día, que en este caso eran con la capoerista Lorena y la pavisosita Diana.
Y aunque hay que reconocer que la cita con Lorena parecía a priori mucho más interesante (se ha llevado al tronista a uno de sus entrenamientos), lamentablemente la química entre ellos no ha estado a la altura, y es cierto que más parecían dos amigos o compañeros, antes de que una parejita de enamorados.
Al contrario que con Diana, que a pesar de que no han hecho nada especial, era más que obvio que a Álex la rubita le hace tilín, e incluso ya le ha dejado caer que físicamente es su tipo, aunque necesitaría que ella le dejase ver que está por él.
Vamos que el muchacho quiere que le doren la píldora.
Y la reacción de la rubia ha sido la de sonrojarse hasta las orejas.
Ni siquiera ha sido capaz de darle un beso al tronista cuando se lo ha pedido, ha dicho que prefiere esperar a que surja.
Pero qué paradita es esta chica, con la de puntos que podría haber ganado…Y de besos ha ido la cosa, porque el protagonista de la tarde ha dicho que necesitaría que las chicas le besaran para saber si hay química o no.
Menos mal que no le ha dado por comprobar la compatibilidad en toooodos los aspectos…Como eran tres las pretendientes que estaban en el punto de vista, Silvia, Meli y Scherezade, pues les ha tocado a ellas tres pasar la prueba del beso, al más puro estilo de la “prueba del algodón”, y el tronista ha decidido que el único beso que le ha gustado ha sido el de Silvia, y sin pestañear siquiera, ha expulsado a las otras dos.
Uff.
No me hubiese gustado estar en el papel de ninguna de ellas.
Qué humillante.
Y lo más gracioso ha llegado cuando Bea no ha podido evitar echarse a llorar, no por nada que tuviera que ver con el chico, sino porque iba a echar mucho de menos a las dos pretendientas.
Y es que en vez de volverse competitivas se han hecho amiguísimas, cosas de la vida.
A lo mejor fantaseaban con que las eligieran a las tres y poder cuidar entre todas de su muchachillo.
Seguro que él tampoco hubiera hecho demasiados ascos.
Fotografía