María José Campanario quiere ser como Belén Esteban quiere ir a fiestas, poniendo su imagen de mujer que mide 1′50 y es regordeta, como si de la misma Nicole Kidman se tratara, cobrando, con representante y todo.
Así que este sábado se presentó en la Fiesta Ron Legendario en el Palacio de Exposiciones y Congresos de Sevilla, vestida toda de blanco, con una coleta que le estiraba la cara, y se plantó en el Photocall.
Pero a ella no le sale ser Belén Esteban, porque es mucho más antipática y creída que Belén, las cosas como son, y además Belén sabe que es la princesa del pueblo, pero Campanario quiere ser la reina de los mares, con lo que, mientras posaba, sonreía cada 15 segundos (como si le pagaran por sonrisas) y estuvo unos escasos minutos sin contestar a nada de nada de lo que le preguntaran.
Vamos, como si ella no tuviera que hablar de su vida privada… ¿y si no por qué la iban a llevar allí? si hasta los de Sálvame habían mandado un equipo de periodistas… qué pérdida de dinero en AVE, será sosa la tía.
No contenta con su aparición estelar, cuando salió del Photocall, la rodearon 6 guardias de seguridad entre los que desapareció (por el tamaño de los gorilas), que empujaron a toda persona que se acercara con alcachofa, a ella le faltó gritar lo de “¡basura asquerosa!” a los presentes, tal vez es que su representanta la aleccionó antes.
De verdad, qué terror de muchacha, qué cansina, qué maleducada, qué petardusca ¿para qué le pagan, para verla con ese vestidillo tan feo y esa cara de pan sin saber ni mirar a las cámaras? ¿para qué se mete a famosa si no sabe? ah… sí, ya lo sé, porque si no es por ella hoy ni cotilleamos sobre la fiesta del Ron ese, así que para eso llevan a gentecilla.
María José, no es que yo sea fan de Belén Esteban, pero hija mía, por lo menos podrías contestar “si” o “no” a los periodistas, porque de tu imagen no vas a vivir, tienes que vivir de lo que digas, y si no dices nada es como si no hubieras ido.
Bueno sí, al menos nos ha valido para ponerte tan verde como mereces.
O no, porque debería haberte puesto más verde, pero hoy estoy de buen humor.