Y es que Andrea, la hija de Belén Esteban (aclaro lo de que es su hija por si alguien en este mundo aun no lo sabe) (y recuerdo que a Andrea no le gusta el pollo) volvía del campo, donde estuvo con Jesulín de Ubrique y la familia, esto aunque según Belén Esteban “si fuera por mí mi hija no iría al campo porque no se lo merecen”, pero el hecho es que fue y volvía.
Así que en la estación del AVE se encontraron ella y María José Campanario.
Imaginaos el papelón, las dos que no se pueden ni ver, haciendo intercambio de niña, y claro, ¿qué podían hacer? ¿tirarse de los pelos? pues no, darse dos besitos como personas medio civilizadas que son.
Fue María José la que llamó a Belén ¡uala! me imagino la cara de la Esteban cogiendo el teléfono… le dijo “¿te importa que lleve yo a la niña porque quieren ir las niñas, Julia y Andrea juntas en el AVE?”.
Y Belén, ya que María José se lo pidió, le dijo que sí.
Belén pidió a la seguridad del AVE que la dejaran entrar a la vía del AVE, porque no iba a dejar a Andreíta sola con tanto medio de comunicación como había allí.
“Se bajó María José, y yo me acerqué y dí dos besos a María José Campanario” ¿y no hay foto? ohhhh…Luego aclara que “no es una situación agradable para ella ni para mí”, y lo que hablaron fue de que Andrea estaba con antibióticos y esas cosas.
¿Habrá terminado la guerra Esteban-Campanario? a mí me parece que no, porque una de las cosas que dice Belén es “tengo que tragar” y que “mis ideas no me las quita nadie”.
Muy bien Belén, pero ¿quién te ha visto y quién te ve?
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