Cada semana que pasa, Becoming Human se está convirtiendo en una cita obligada para mi.
Si ya disfruto muchísimo con Being Human, la serie de la que parte esta pequeña aportación a la mitología de los seres sobrenaturales, con ella han acertado de pleno.
Semana a semana, vamos descubriendo más acerca de la muerte de Matt (Josh Brown), quien desapareció misteriosamente, murió sin saber cómo y ahora visita el colegio en forma de espectro.
Un espectro que sólo pueden ver Adam (Craig Roberts) y Christa (Leila Mimmack), el vampiro y la licántropo que acuden a clase en el instituto donde también estudiaba Matt.
Ahora, a lo largo de toda la serie, veremos cómo los tres amigos se encargarán de descubrir quien asesinó al joven y por qué.
Durante los anteriores episodios hemos visto como han ido descartando posibles sospechosos, y en este, nos encontramos con otra posible verdugo.
Se trata de Brandy Mulligan, una de las pijas del instituto, que tiene, como casi todos allí, un secreto inconfesable.
Se trata de su apellido, que en realidad es Crompton, un nombre que se suele asociar a todo lo malo que ocurre en la ciudad.
Brandy intentará resguardar su secreto ante el interrogatorio al que le someten y después… Bueno, mejor verlo que te lo cuente.
Esta serie es una de esas que deberían acabar en la television, con un desarrollo algo más extenso.
Sus protagonistas están realmente bien y la trama se aleja lo suficiente de Being Human como para que tenga interés en sí misma.
A ver si hay suerte y tenemos serie con estos tres colegas más adelante.
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