Bienvenidos al manual del buen actor, escrito por el inigualable Martín Rivas.
Ahora que el gallego ya es un personaje público y notorio, ahora que ya le han dado un par de premios por su supuesta labor interpretativa, ha decidido dar unas clases magistrales en su blog de cómo hay que actuar bien y de cómo no se debe hacer.
Porque yo lo valgo.
Para empezar, te da indicaciones de cómo enfocar tu personaje cuando vayas a trabajarlo.
Ante todo, tienes que pensar en el personaje en todas sus facetas y enmarcarlas en la historia que se está contando, no tienes que estar pendiente de cómo te gustaría que te vieran a ti recreando el personaje en cuestión.
Vamos, que lo que quiere decir es que te dejes de lucir y trabajes en lo que tienes que trabajar, un error que admite Martín que hizo durante los primeros años de carrera.
¡Si es que no se puede estar tan bueno y luego no enseñar palmito!También nos dice que no está bien que los actores usen a sus personajes para intentar reflejar en el escenario lo que ellos quieren ser en la vida (¿alguien hace eso?) y, para rematar, nos viene con la gran doctrina “no confundir naturalidad con realidad“.
El intentar ser naturales en pantalla no se traduce en “estoy espatarrado en el sofá de mi casa” y me sueno los mocos o me rasco allí donde me pica, actos que califica Martín como de gran desgaste energético; será que a él le pica muchísimo…Como veis, el gallego de El Internado ha empezado a ejercer de profesor entendido en la materia, dando unos consejitos muy básicos, casi infantiles, de cómo ser un buen actor.
Y debe ser que él sigue estos consejos a rajatabla para que su papel de Marcos en El Internado esté repleto de sobreactuaciones, escenas tan poco creíbles y, sobre todo, su cara “magistral” de dramatismo.
Aunque claro, luego le dan el Goya por su breve, brevísimo papel en Los Girasoles Ciegos, donde demuestra poco más que sabe llorar mal y el chico se crece.
Es normal.
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