La unión de las casas de Gran Hermano 12 ha sido como prender la mecha de un cartucho de dinamita, que supongo que es lo que pretendía la organización, a ver si así sube un poco la audiencia que en esta edición no llega ni a los talones de la pasada.
En la casa parece haber dos grupos: los que quieren hacer estrategias, en las que Yago y Arturo parecen haber captado a Anup (al que Laura ha llamado “perra chivata” en una bronca de esas que tanto le gustan), Chari y Rubén (que lleva semanas de perrito faldero de su novia, la que le espera cuando vea los vídeos con El Feroz…), y los que dicen comportarse de forma natural, con una Terry más desquiciada que nunca.
Marta, por su parte, ha descubierto la traición de Joaquin.
La gallega creía que su amigo con derecho a roce durante algunos días le era leal y al saber lo que había dicho de ella a sus compañeros (aquellas lindeces tipo “guarrilla” y demás) se ha sentido muy herida y ha ido corriendo al confesionario para decirle a su ex amigo que no quiere verlo ni en pintura y que se siente humillada –y no es para menos-.
Chari tampoco se ha mordido la lengua al saber que Jhota la había criticado a algunos compañeros.
La rubia se ha sentado con él, le ha pedido explicaciones y le ha asegurado que de ella no verá vídeos poniéndolo verde así que no entiende por qué ha sido falso.
Estos parecen haber hecho las paces, pero Chari no me parece que sea una persona que olvida fácilmente y ya se sabe que la venganza se sirve en plato frío.
Por su lado, Arturo, con sus aires de superioridad y su obsesión por la estrategia empieza a ser el blanco de muchos compañeros.
Terry ha tenido la enésima gran bronca con él y hasta Yago parece saber que tiene muchos números para irse a la calle con la imagen que está dando.
De hecho, parece que uno de los nominados saldrá con un porcentaje enorme… ¿será el vasco?
