Resulta extraño ver a un House débil, desesperado, a punto de caer al precipicio.
No estamos acostumbrados que el personaje que interpreta Hugh Laurie dude hasta de sus capacidades para diagnosticar a un paciente.
Aún así, tenemos que reconocer que el giro argumental del cual estamos siendo testigos en la recta final de House está resultando muy interesante.
Y es que los mejores personajes son los que a medida que se va desarrollando la ficción también se van conociendo más capas de su personalidad siempre con una aportación de algo inesperado.
Ayer Cuatro emitió el capítulo 23 de la quinta temporada de House, Bajo Mi Piel, el que la desesperación de House a consecuencia de sus alucinaciones ha tocado techo.
El polémico doctor del Princeton Plainsboro no soporta más sus imaginarios encuentros con Amber y busca ayuda desesperadamente.
Ahora sólo le queda encontrar a la persona adecuada para escapar de esta angustiosa situación.
A lo largo de este episodio, House continúa con sus problemas de insomnio y sigue viendo a Amber en alucinaciones.
Cuando la situación es insostenible, decide pedir ayuda a Wilson.
Y es que empieza a rozar una situación extrema: las visiones no sólo le están afectando a su vida personal sino también a la profesional porque no logra hacer buenos diagnósticos.
Y ya sabemos que esto no es algo secundario para el doctor.
Realmente hemos podido ver lo que hay debajo de la piel de Gregory House, nos hemos topado con su miedo.
El doctor está atemorizado por su estado de salud.
Durante todo el capítulo el personaje que interpreta Hugh Laurie se intenta diagnosticar de manera que va descartando las posibles enfermedades que encajen con sus síntomas.
Y el panorama no es muy positivo puesto que la mayoría de las opciones significarían que House debería dejar de ejercer la medicina: o está demasiado enganchado a la Vicodina y necesita dejarla y, por tanto, sufrirá dolor en la pierna o está sufriendo una enfermedad psiquiátrica.
Wilson es el único que conoce por lo que está pasando House, aunque Foreman sospecha que algo malo está pasando, ya que el polémico doctor va siempre acompañado del oncólogo y le consulta todas sus ideas sobre los posibles diagnósticos de la paciente que ha llegado al Princeton Plainsboro, una joven a la que se le desprenderá la piel a consecuencia de una mala decisión de House.
Pero el apoyo de Wilson no será suficiente y House también acudirá a Cuddy.
La directora del hospital es la única que realmente conoce al personaje protagonista de la serie.
Es por ello que decide pedirle ayuda para dejar de consumir Vicodina.
Cuddy es la única que conoce de manera más profunda sus tácticas para engañar a la gente y ante el grito de auxilio del doctor la directora del hospital lo dejará todo para pasar la noche a su lado y ayudarlo en este mal trago.
De hecho al final del capítulo le confiesa que si está a su lado no es por ayudarlo como compañero de trabajo sino porque siente algo por él, lo cual tendrá como consecuencia una de las escenas más esperadas de esta temporada: Cuddy y House se acaban acostando y el doctor parece sentirse satisfecho con este paso en su vida personal.
Por otro lado, Cameron duda de nuevo de su último capítulo de la temporada se presenta apasionante.
Tendremos que esperar hasta la semana que viene.
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