La cadena Fox es la encargada de traer hasta España Homeland, la premiada serie de Showtime que trata un problema muy delicado para los americanos: la posibilidad de un terrorista infiltrado en sus ciudades, un ciudadano americano que en realidad trabaje para Al Qaeda y pueda cometer un atentado en territorio de los Estados Unidos.
En este caso, el sospecho número 1 es el sargento Brody, que ha sido rescatado por un pelotón de marines y devuelto a su país.
No habría nada que sospechar de un auténtico héroe americano, si no fuera porque la agente de la CIA Carrie Mathison ha recibido un soplo en el que le dicen que un soldado americano ha desertado y se ha pasado al enemigo.
Un reparto más que adecuado para una serie de este tipo da forma a un thriller político que, pese a estar muy seguros de lo que pasa, no se dan más que pistas aisladas de lo que ha ocurrido realmente.
El sargento está interpretado por Damian Lewis (Life), mientras que la agente que le intenta dar caza es Claire Danes, a quien vimos en Stardust o Terminator 3.
El mentor de la agente, y el que la mantiene a salvo de todos los problemas que causa con su investigación es Mandy Patinkin (Criminal Minds).
La trama nos conduce a través de los primeros días del sargento Brody en casa, con su mujer (Morena Baccarin), sus hijos y sus reencontrados compañeros, tras los siete años de cautiverio que le mantuvieron apartado de todos.
El choque de verse de nuevo en casa, en un ambiente conocido, tranquilo y hogareño resulta difícil para él.
Poco a poco, iremos conociendo detalles de su cuativerio, y de cosas que oculta a la gente a su alrededor.
Cada acción que realice parecerá confirmar las sospechas de la agente Mathison, mientras que otras darán pie a que descartemos la idea.
No será hasta más adelante, cuando llevemos varios episodios emitidos, cuando sepamos si es un traidor o una víctima del terrorismo.
La ambigûedad es el arma argumental que esgrimen en esta serie, que ha conseguido varios premios a lo largo de la emisión de su primera temporada.
Estos, y la confianza de los espectadores le ha valido la renovación para una segunda temporada que ahondará en las motivaciones de los personajes y permitirá comprobar si todo lo que hemos visto en la primera temporada sirve o es una pantalla de humo para algo más grande.
Ha tardado bastante en venir a España, y es una lástima, porque muchos esperábamos su estreno en castellano.
La trama es intensa, aunque se mueve con un ritmo lento y que deja lugar para replantearse todo lo que vemos, manteniendo la tensión hasta un impresionante final de temporada, que, por supuesto, no vamos a airear aquí.
Es, sin lugar a dudas, uno de los mayores aciertos de la televisión estadounidense de la temporada y los doce episodios que componen esta temporada nos ofrecen algunos de los mejores momentos de todo el año televisivo.
Y por fin, llega a nuestro país, lo que es para celebrar, aunque de momento lo haga en un canal de pago como es Fox.