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Granjero Busca Esposa. Día 9 de febrero: amor, sexo y besos

Granjero Busca Esposa nos sigue contando hoy cómo se desarrollan las relaciones de amistad, amor y sexo entre granjeros y pretendientas.
Si tenemos en cuenta que, aunque veamos el programa semanalmente, las historias se desarrollan a diario, no dejan de sorprender la velocidad a la que van algunas relaciones y el aire que están tomando.

Es como aquel mítico “Confianza Ciega” pero en bruto, cambiando la piscina y la tumbona por los cerdos y el estiércol.
Guillamet.
Ya están claras las posturas de Guillamet y es que Piedad le asusta pues cree que está enamorada de él.

Literalmente ha dicho “creo que está enamorada y no me gusta” y es que el granjero más insípido del programa no va mal encaminado; Piedad ha declarado que está “borracha de Guillamet”.
¿En dos días de convivencia? Será por eso o será por el café, el granjero ha empezado a atacar a María, pero a saco, cual cateto salidísimo, metiéndole mano, siguiéndola, acosándola.
La otra, pobre, está asustada y empieza a sentir que la situación le sobrepasa.

David .
Hemos visto como se ha llevado a las chicas a echar sal a las ovejas, que los animalitos andan escasos de minerales.
Mª José y María han hecho alarde de holgazanería y pasotismo, tumbándose en el césped y observando como David pencaba recolectando patatas y, como es natural, se ha cabreado con ellas.
Pero bueno, al trozo de pan de David los enfados le duran lo que a María las ganas de currar entre animales, así que ha decidido obsequiarlas con un paseo a caballo.
Ellas encantadas, claro.
Nides.
La jornada ha empezado en el campo de remolacha hasta que se ha puesto a llover.
Ahí ha sido cuando hemos podido vislumbrar que Nides bebe los vientos más por Paula que por Vera, la rusa, pues a ésta última la han dejado bastante atrás y tirada cuando han corrido a refugiarse en el tractor.
Muchas risas pero la gente no es tonta.
Si a eso le añadimos que, a la mañana siguiente, Paula ha recibido un misterioso sms en el que ponía algo así como “quiero ser uno de tus gatos” y luego se han quedado a solas después de la cena.
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¡Tate, aquí hay tomate!Carlos.
El ganadero se ha llevado a Beatriz y a Sabrina a tratar con becerros.
Beatriz ha montado un cirio, gritando sin parar y dejándose atacar por el pobre becerrito.
Mientras, Sabrina ha cogido al animal y lo ha manejado de una manera que ya podría ser que hubiera nacido para ello.
Luego, para mejorar lo presente, les ha encargado un trabajo de mierda; vamos, limpiar las montañas de estiércol que había.
Para mi que Carlos no limpiaba eso desde la última mujer que tuvo porque las toneladas acumuladas eran como para aislar la zona por toxicidad.
Por la noche, en la cena con Bea, han estado tonteando con si había beso o no.
Carlos estaba como loco por meterle la lengua hasta el esófago y, de hecho, lo ha acabado consiguiendo.
Que digo yo que esta gente no entiende de preliminares, ¿qué es eso de sacar toda la lengua cuando aún estás a medio metro de la chica?Aitor.
Lo de este chaval no tiene nombre; bueno sí: maleducado y chulo.
Desde que son un hombre y dos mujeres, estaba clarísimo que Aitor quería estar con Ana y Ana quería estar con Aitor.
Edurne, que no es tonta, se dió cuenta y seguía a su rollo pero, claro, cuando las cosas se van calentando en tu propia cara lo normal es que te sientas violenta y respondas de forma nerviosa.
Pues esto Aitor no lo entiende.
Es más, cada vez la increpa más, le pega unos cortes de escándalo y hasta que, en la feria de esta mañana, cuando Edurne ha tenido un fallito a la hora de cobrar, se le ha saltado a la yugular y ha soltado lindezas del tipo “estoy hasta la polla” “que se vaya a su p… casa”.
Una joyita el Aitor.
La otra, por sus ovarios, que se piensa quedar y muy bien hecho que hace, a ver si le baja los humos de cabrito al chavalín menos agraciado del programa.
Tito.
Lo de este chico ha sido la triunfada del programa.
Después de una cena tensa entre féminas ha llegado la cena tensa entre Tito y Raquel, pero tensa de que los músculos se han tensado, porque se les ha visto contra la pared, jadeando, sobándose y hasta donde Cuatro nos ha dejado ver.
Lo malo del asunto es que Talita lo ha oído todo y ahora está desconsolada.
En un intento desesperado por conseguir a Tito, le ha casi rogado un pico mientras cenaban a solas.
Raquel, como si de una prometida oficial se tratara, se ha paseado por la casa mirando el reloj sin parar, montada en celos enfermizos, hasta que ha decidido llamar a su amado y preguntarle dónde y/o cómo estaba Talita.
La cosa está que arde.
Fotografía

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