Brasil es uno de esos países que esconde grandes bellezones, top models que desfilan en las mejores pasarelas y que están más cotizadas que una foto de Penélope Cruz dándole un beso a Javier Bardem.
Mejor ejemplo que Gisele Bundchen no podríamos dar, es la top model por excelencia.
Pero no nos podemos olvidar de los chicos, de los brasileños que nacen con un don, son guapísimos y tienen un cuerpo que, al tornearlo, se convierte en objeto de deseo de cualquier chica o gay, siendo el caso que hoy nos ocupa el de Eduardo Ribeiro, este yogurín que está como un queso.
Además, no se corta un pelo a la hora de desnudarse; a él ya te lo puedes llevar a una playa rocosa que Eduardo se quita los calzoncillos y encima te sonríe de forma pícara.
¿Qué más se puede pedir? Bueno, pues tenerle en casa esperándote cuando vuelvas del trabajo, por ejemplo, y que esté en la cocina preparando la cena mientras solo lleva un delantal… (ay, qué mente más calenturienta la mía).
Eduardo Ribeiro, un modelo brasileño desnudoFotografía
