Lo de ser famoso puede ser algo tremendamente delicado, y es que a uno no se le pueden ni ir los ojos como a cualquier mortal sin que una cámara indiscreta le retrate con los ojos fuera de órbita mirando cómo una animadora buenorra se contonea, sin ir más lejos.
Que se lo digan a Antonio Banderas.
Una cosa es que uno proclame a los cuatro vientos el amor por su pareja estable (Melanie Griffith y su horrendo tatuaje en el hombro dedicado a su españolito) y la otra es que no pueda mirar los cuerpazos que se va encontrando: una cosa es mirar y la otra, catar.
El malagueño ha asistido junto a su hija Stella (esa niña ha crecido muy rápido, ¿no?), de 14 años, a un partido de Los Angeles Lakers y ha sido retratado mientras miraba el show de las animadoras, seguir algún que otro movimiento con los brazos y casi se le caía la baba con tanta chica guapa.
Está claro que a Banderas le gustan las rubias, porque es con la animadora rubia con la que parece más ensimismado mientras su hija parece mucho más atenta a los mensajes de texto de su teléfono móvil que al partido o incluso que a la conversación con su padre.
Antonio se mostró, además de fan de las animadoras, muy apasionado durante el partido y se le vio gritar y quejarse cuando no le gustaban las jugadas de su equipo.
¡Pasión española en Los Ángeles! Si es que no hay como tener un buen embajador por esos mundios de Dios…A Antonio Banderas se le van los ojos detrás de las animadorasVía