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La inflación en España se modera gracias a las lluvias y energías renovables

Las fuertes lluvias de marzo contribuyen a una baja en la inflación en España.

Gráfico que muestra la moderación de la inflación en España
La inflación en España se modera gracias a las lluvias y energías renovables.

Un respiro para la economía española

En marzo, España ha experimentado una moderación en su tasa de inflación, que se ha situado en un 2,3%. Este descenso se debe en gran parte a las intensas lluvias que han caído en el país, las cuales han favorecido la generación de energía hidroeléctrica.

Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), esta cifra representa una disminución de siete décimas en comparación con el mes anterior y es la tasa más baja desde octubre del año pasado.

El papel de las energías renovables

La mayor contribución de las fuentes renovables en la producción de electricidad ha sido fundamental para este cambio. La energía hidroeléctrica, impulsada por las lluvias, ha permitido reducir la dependencia de combustibles fósiles, lo que a su vez ha influido en la disminución de los precios de la electricidad. Este fenómeno ha roto la tendencia al alza que se había observado en los últimos cinco meses, donde la recuperación del IVA había incrementado los costos.

La inflación subyacente también se modera

Además de la inflación general, la inflación subyacente, que excluye los precios de los alimentos frescos y de la energía, también ha mostrado signos de moderación, situándose en un 2%. Esta es la tasa más baja registrada en los últimos tres años, lo que sugiere que la economía española está encontrando un equilibrio en medio de la incertidumbre internacional. El ministerio de Economía ha destacado que, a pesar de los desafíos globales, España sigue siendo la economía de la zona euro que más crece, lo que es un indicativo positivo para el poder adquisitivo de los ciudadanos.

El impacto en los precios de los productos básicos

Un aspecto notable de esta moderación en la inflación es el comportamiento de los precios de productos básicos como el aceite de oliva, que ha acumulado una caída del 37,9% en el último año. Este descenso en los precios no solo beneficia a los consumidores, sino que también refleja un cambio en la dinámica del mercado, donde la oferta y la demanda están comenzando a equilibrarse. La combinación de factores climáticos y energéticos está permitiendo a España navegar por un periodo de incertidumbre con una mayor estabilidad económica.

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