La reducción de inversiones públicas agrava el riesgo de desastres naturales en el país.

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La alarmante disminución de inversiones en infraestructuras
En los últimos años, España ha enfrentado una preocupante disminución en las inversiones públicas destinadas a infraestructuras hidráulicas. Según un informe de la Fundación BBVA y el Instituto Valenciano de Inversiones Económicas (Ivie), estas inversiones han caído un 42% entre 19.
Este descenso no solo afecta la capacidad del país para gestionar el agua, sino que también incrementa la vulnerabilidad ante fenómenos climáticos extremos, como las inundaciones.
Consecuencias de la falta de inversión
Francisco Pérez, director de investigación del Ivie, advierte que la reducción en la inversión en infraestructuras hidráulicas tiene consecuencias directas en la capacidad de respuesta ante desastres naturales.
La falta de proyectos y estructuras adecuadas limita la capacidad de las administraciones para enfrentar inundaciones, que han sido cada vez más frecuentes en diversas regiones de España. Durante el periodo de 20, la inversión en este sector se redujo drásticamente, alcanzando un descenso acumulado cercano al 75%. Esta tendencia ha dejado al país en una situación precaria, donde la infraestructura existente no es suficiente para mitigar los efectos del cambio climático.
El impacto de los fondos europeos
A pesar de la caída en las inversiones públicas, el año pasado se observó un repunte gracias a los fondos europeos de recuperación Next Generation. Estos fondos permitieron a la economía española recuperar niveles de inversión previos a la pandemia. Sin embargo, la inversión privada sigue sin recuperarse, lo que plantea un desafío adicional para el futuro. Aunque la inversión bruta total en España aumentó un 2,1% en 2024, la inversión en infraestructuras aún se encuentra por debajo de los niveles de 1995, arrastrando las secuelas de la crisis financiera y la Gran Recesión.
La necesidad de un cambio estructural
El informe destaca que, a pesar de los esfuerzos recientes, solo el 5,3% de la inversión total en España se destina a infraestructuras. Este porcentaje es alarmantemente bajo y refleja la necesidad urgente de un cambio estructural en la política de inversión pública. Las administraciones deben priorizar la modernización y construcción de infraestructuras hidráulicas para garantizar la seguridad y bienestar de la población. Sin una inversión adecuada, España seguirá siendo vulnerable a desastres naturales, lo que podría tener consecuencias devastadoras para su economía y su gente.