La creciente deuda mundial plantea serias preocupaciones sobre la sostenibilidad económica futura.

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La deuda global en cifras alarmantes
En los últimos años, el panorama económico mundial ha estado marcado por crisis sucesivas que han llevado a un aumento sin precedentes de la deuda. Desde la crisis financiera de 2008 hasta la pandemia de COVID-19, los gobiernos han tenido que recurrir a préstamos masivos para hacer frente a sus obligaciones.
Según un reciente informe de la OCDE, se estima que en 2024, los gobiernos de todo el mundo habrán tomado prestados alrededor de 25 billones de dólares, lo que representa un aumento significativo en comparación con los niveles de deuda previos a la crisis de 2007.
Este incremento ha llevado a que la deuda soberana y empresarial global supere los 100 billones de dólares, lo que plantea serias preguntas sobre la sostenibilidad de estas cifras. La relación deuda sobre PIB en las economías occidentales alcanzará el 85%, el doble de lo que era antes de la crisis financiera, lo que indica una creciente dependencia de los préstamos para financiar el gasto público.
Costos de la deuda y su refinanciación
A pesar de que gran parte de esta deuda fue adquirida durante un período de tasas de interés bajas, el futuro se presenta incierto. A medida que se acercan los plazos de vencimiento, muchos gobiernos se enfrentarán a la necesidad de refinanciar su deuda a tasas que podrían ser significativamente más altas. Para finales de 2024, se prevé que más del 50% de la deuda soberana de los países de la OCDE y un 30% de la deuda de los mercados emergentes se encuentre por debajo de las tasas de mercado actuales.
Esto significa que, aunque los costos de la deuda han sido manejables hasta ahora, el verdadero desafío radica en la capacidad de los gobiernos para hacer frente a los pagos de intereses en un entorno de tasas crecientes. Actualmente, los gastos por intereses superan el gasto en defensa de muchos países occidentales, lo que subraya la presión financiera que enfrentan los gobiernos.
El papel de los bancos centrales y la incertidumbre geopolítica
Durante años, los bancos centrales han jugado un papel crucial en la compra de deuda soberana, proporcionando un soporte casi incondicional a los gobiernos. Sin embargo, esta tendencia está cambiando. La participación de los bancos centrales en la compra de bonos ha disminuido del 29% en 2021 al 19% en 2024, lo que significa que los inversores privados tendrán que asumir un papel más activo en el financiamiento de la deuda estatal.
La incertidumbre geopolítica, especialmente en el contexto del conflicto en Ucrania, añade una capa adicional de complejidad a la situación. La necesidad de rearmarse y fortalecer la defensa puede requerir que los países europeos busquen nuevas formas de financiamiento, lo que podría hacer que un mercado único de capitales y una unión bancaria sean más atractivos en este contexto.