Las pequeñas empresas enfrentan un aumento desproporcionado de los costes laborales

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La desigualdad en los costes laborales
En el contexto económico actual de España, las pequeñas empresas se encuentran en una situación desfavorable en comparación con sus contrapartes más grandes. Según el último informe de Cepyme, los costes laborales han aumentado un 25,1% en las empresas más pequeñas desde 2021, mientras que las medianas han experimentado un incremento del 19%.
Esta diferencia de seis puntos porcentuales resalta la presión que enfrentan las pymes, que a menudo carecen de los recursos necesarios para absorber estos aumentos.
El efecto del salario mínimo interprofesional
Uno de los factores que contribuyen a este aumento desmedido de los costes laborales es el incremento del salario mínimo interprofesional (SMI).
Las pequeñas empresas, que generalmente tienen una productividad más baja y salarios medios inferiores, sienten el impacto de estas subidas de manera más intensa. Por ejemplo, el salario mínimo actual de 1.184 euros representa un porcentaje mucho mayor del salario medio en las micropymes (73,1%) en comparación con las grandes empresas (51,3%). Este fenómeno pone de manifiesto la vulnerabilidad de las pequeñas empresas ante cambios en la legislación laboral.
Costes totales y su evolución
Además de los costes laborales, las pequeñas empresas también han visto un aumento en sus costes totales, que han crecido un 24,5% desde la pandemia. Los insumos, que son esenciales para la operación diaria, han aumentado en un 34,9% desde finales de 2019. Aunque los costes totales se han estabilizado tras un fuerte incremento en 20, siguen estando por encima de los niveles pre-pandemia, lo que genera una carga adicional para las pymes.
El panorama del empleo en las pymes
A pesar de estos desafíos, el empleo asalariado en las pymes ha crecido un 2,4% interanual en el último trimestre del año pasado, lo que indica una cierta resiliencia en el sector. Sin embargo, este crecimiento es desigual: las grandes empresas han visto un aumento del 6,5%, mientras que las pequeñas y medianas solo han crecido un 3,2% y las microempresas apenas un 0,8%. Esta tendencia sugiere que, a medida que disminuye el tamaño de la empresa, también lo hace su capacidad para generar empleo de manera efectiva.