La presidenta del BCE destaca los riesgos de una escalada comercial entre EE.UU. y Europa.
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La advertencia de Lagarde sobre la guerra comercial
Christine Lagarde, presidenta del Banco Central Europeo (BCE), ha emitido una clara advertencia sobre las posibles repercusiones de una guerra comercial a gran escala, especialmente tras las recientes amenazas del presidente estadounidense, Donald Trump, de imponer aranceles del 200% a productos europeos como el vino y el champán.
Durante una entrevista en el programa HARDTalk de la BBC, Lagarde subrayó que una escalada en las tensiones comerciales podría tener efectos devastadores, no solo para Europa, sino principalmente para Estados Unidos.
Las repercusiones para Estados Unidos
Lagarde enfatizó que, aunque la política comercial de la Administración Trump podría parecer beneficiosa a corto plazo, a largo plazo, las consecuencias serían perjudiciales para la economía estadounidense.
“Si llegáramos a una verdadera guerra comercial, en la que el comercio frenara de forma significativa, tendría graves consecuencias”, afirmó. Esta declaración resuena en un contexto donde la economía global ya enfrenta desafíos significativos, y cualquier interrupción en el comercio podría agravar la situación.
El despertar de Europa ante la adversidad
La presidenta del BCE también destacó que la actual situación podría servir como un catalizador para la unidad europea. La Comisión Europea y Alemania, la mayor economía del bloque, han comenzado a aumentar el gasto en defensa e infraestructura, lo que marca un cambio en la política económica tras años de austeridad. Este “despertar colectivo” podría ser la respuesta necesaria para fortalecer la cohesión dentro de la Unión Europea, especialmente en un momento en que el Reino Unido, tras su salida de la UE, también busca participar en los esfuerzos de seguridad europeos.
Las medidas de la UE ante las amenazas comerciales
En respuesta a las amenazas de Trump, la Unión Europea ha anunciado que impondrá aranceles “proporcionados” a las exportaciones de EE.UU., valoradas en hasta 26.000 millones de euros. Esta medida busca contrarrestar las tarifas impuestas por Estados Unidos sobre el acero y el aluminio. La situación se torna más tensa a medida que Trump responde con la amenaza de aranceles aún más severos, lo que podría desencadenar un ciclo de represalias que afectaría a ambas economías. La incertidumbre en el comercio internacional es palpable, y las decisiones que se tomen en los próximos días serán cruciales para el futuro económico de ambas regiones.
