Christine Lagarde advierte sobre la complejidad de mantener la inflación en el 2%

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Contexto actual de incertidumbre económica
La presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, ha señalado recientemente que la institución enfrenta un entorno de gran incertidumbre geopolítica y económica. Durante su intervención en el congreso “The ECB and its watchers” en Frankfurt, Lagarde destacó que, aunque el objetivo de inflación del 2% permanece, las condiciones actuales hacen difícil su consecución.
Esta declaración refleja un cambio en el discurso tradicional de los bancos centrales, que suelen ser más optimistas sobre el control de la inflación.
Factores que afectan la inflación
Lagarde mencionó que las certezas del orden internacional han sido alteradas, lo que ha llevado a tensiones en algunas alianzas y a la formación de nuevas.
La ex ministra francesa citó al poeta Paul Valéry, afirmando que “el futuro ya no es lo que era”, lo que resuena con la realidad actual. La incertidumbre geopolítica ha alcanzado niveles no vistos desde la Guerra Fría, lo que plantea serios desafíos para la política monetaria del BCE.
El impacto de nuevos factores en la política monetaria
En su discurso, Lagarde explicó que, aunque existen factores estructurales como el envejecimiento de la población y la digitalización que tienden a ser desinflacionarios, también están surgiendo nuevos shocks que pueden alterar esta tendencia. Estos incluyen cuestiones relacionadas con el comercio, la defensa y el cambio climático. La presidenta del BCE advirtió que la inflación podría reaccionar de manera desproporcionada a estas perturbaciones, lo que complica aún más la tarea de mantenerla en el objetivo establecido.
Perspectivas futuras y advertencias
Los economistas, como el profesor de economía aplicada de la UAB, Josep Oliver, han interpretado las declaraciones de Lagarde como una señal de alerta. La posibilidad de que la inflación converja hacia el 2% es incierta, especialmente con el crecimiento de los salarios y los gastos en defensa en la Unión Europea, que podrían generar un shock de demanda. La situación actual del BCE se asemeja a un escenario de película, donde cumplir con su misión se ha vuelto “imposible”.