El Gobierno canadiense toma medidas contra las tarifas impuestas por Estados Unidos.
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El Gobierno de Canadá ha decidido tomar medidas contundentes en respuesta a los aranceles del 25% impuestos por la administración del presidente Donald Trump a las importaciones de acero y aluminio. Esta decisión, anunciada por tres ministros canadienses, implica la aplicación de aranceles a productos estadounidenses por un valor de 29.800 millones de dólares canadienses, equivalentes a 20.700 millones de dólares estadounidenses.
La medida entrará en vigor a partir de mañana, marcando un escalón significativo en la escalada de tensiones comerciales entre ambos países.
Detalles de los aranceles canadienses
Los ministros de Finanzas, Dominic LeBlanc; de Exteriores, Mélanie Joly; y de Industria, Francois-Philippe Champagne, han detallado que los aranceles canadienses se aplicarán a importaciones de acero de Estados Unidos por un valor de 12.600 millones de dólares canadienses.
Además, otros 14.200 millones de dólares canadienses en productos como herramientas, ordenadores y equipos deportivos también estarán sujetos a estos gravámenes. Esta acción se suma a los aranceles ya existentes que Canadá ha estado aplicando desde marzo a productos estadounidenses por un total de 30.000 millones de dólares canadienses.
La postura de Canadá ante la guerra comercial
Dominic LeBlanc ha enfatizado que el Gobierno canadiense está dispuesto a imponer más aranceles si la administración de Trump continúa con sus políticas comerciales agresivas. En sus declaraciones, LeBlanc subrayó la necesidad de convencer a Estados Unidos de que abandone lo que considera aranceles injustificados. La ministra de Exteriores, Mélanie Joly, también ha manifestado que la lucha contra estos aranceles será una prioridad en la cumbre del G7, donde planea abordar el tema en cada conversación con representantes estadounidenses.
Impacto en la economía canadiense y la identidad nacional
La decisión de Canadá de imponer aranceles no solo tiene implicaciones económicas, sino que también toca fibras sensibles relacionadas con la soberanía e identidad nacional. Joly ha declarado que la soberanía canadiense no es negociable y que la guerra comercial va más allá de cuestiones económicas. Este conflicto pone de relieve la importancia de la relación comercial entre Canadá y Estados Unidos, así como la necesidad de una respuesta coordinada con otros aliados, especialmente en Europa, para hacer frente a las políticas comerciales de Trump.
