Las grandes marcas luchan por recuperar cuota de mercado frente a la marca blanca.
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El auge de la marca blanca en España
En los últimos años, la marca blanca ha ganado una notable popularidad entre los consumidores españoles, alcanzando cuotas récord del 44,5% en el mercado, según datos de Kantar Worldpanel.
Este fenómeno se ha visto impulsado por la inflación y el aumento del costo de vida, lo que ha llevado a muchos a optar por productos más económicos. Las grandes cadenas de distribución han respondido a esta tendencia con un enfoque renovado en sus estrategias de precios, buscando recuperar la cuota de mercado perdida frente a las marcas de distribuidor.
Reacciones de las multinacionales alimentarias
Multinacionales como Danone, Nestlé y Kraft han comenzado a ajustar sus precios en un intento por atraer a los consumidores de nuevo. Andre Maciel, director financiero de Kraft, mencionó que las promociones ya no son tan efectivas como antes, lo que ha llevado a la empresa a considerar recortes de precios más amplios. En este contexto, las ventas de Kraft se redujeron un 3% en 2024, lo que refleja la presión que enfrentan las grandes marcas en un mercado cada vez más competitivo.
Conflictos entre supermercados y fabricantes
El enfrentamiento entre cadenas de supermercados y fabricantes ha alcanzado niveles sin precedentes. Un ejemplo destacado es el conflicto entre Carrefour y PepsiCo, donde Carrefour decidió retirar productos de PepsiCo de sus estanterías debido a que consideraba que sus precios eran demasiado altos. Esta situación ha llevado a PepsiCo a explorar nuevas estrategias, como el lanzamiento de formatos más pequeños para ofrecer una gama de precios más accesibles. La presión sobre los precios está llevando a un cambio significativo en la dinámica del mercado alimentario español.
Impacto en la producción y precios industriales
La reciente reducción de precios en el sector alimentario también se refleja en el índice de precios industriales (IPRI), que ha mostrado tasas negativas durante seis meses. Esto indica que los fabricantes están ajustando sus precios en respuesta a la disminución de los costos de producción. David Tinajero, economista de Afi, señala que esta tendencia es un indicador adelantado de la inflación, lo que sugiere que los consumidores podrían experimentar una mejora en los precios de la cesta de la compra en un futuro cercano.
