Ignacio Sánchez Galán destaca la importancia de la electrificación para la competitividad de Europa.
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La dependencia energética de Europa
Europa enfrenta un desafío estructural en su política energética, marcado por una notable dependencia del gas natural. Ignacio Sánchez Galán, presidente de Iberdrola, ha subrayado la necesidad urgente de que el continente avance hacia una mayor autonomía energética.
Durante su intervención en el ‘International Energy Policy Forum 2025’, Galán destacó que la falta de reservas de gas en Europa limita su competitividad en el mercado global. «Cuanto más gas importemos, menos competitivos seremos», afirmó, enfatizando la importancia de diversificar las fuentes de energía.
El impacto de la guerra en Ucrania
La guerra entre Rusia y Ucrania ha puesto de manifiesto la vulnerabilidad de Europa ante su dependencia del gas ruso. Este conflicto ha llevado a una reevaluación de las estrategias energéticas en el continente, donde la dependencia de Estados Unidos como proveedor de gas natural licuado (GNL) también plantea riesgos. La incertidumbre política y económica que rodea a los suministros de gas resalta la necesidad de que Europa busque alternativas más sostenibles y seguras.
La electrificación como solución
Galán propone la electrificación de la economía como una solución viable para enfrentar estos desafíos. Las energías renovables, según él, no solo ofrecen precios más competitivos, sino que también permiten a Europa alcanzar una autonomía energética, reduciendo la dependencia de los combustibles fósiles. «Hay que invertir en redes, renovables y almacenamiento», subrayó, indicando que la electrificación es clave para garantizar la seguridad energética del continente. Además, mencionó que grandes corporaciones como Google y Amazon seguirán demandando electricidad limpia, lo que representa una oportunidad para el sector energético europeo.
Inversiones necesarias para el futuro
Para satisfacer la creciente demanda de electricidad, Galán enfatizó la necesidad de realizar inversiones significativas en generación y, sobre todo, en infraestructuras. Estas inversiones deben planificarse a largo plazo, con horizontes de 40 a 60 años, para asegurar la estabilidad y predictibilidad necesarias en el sector. «No podemos vivir en un entorno con decisiones que cambian dependiendo de problemas de último minuto», advirtió, haciendo hincapié en la importancia de un marco regulatorio sólido que facilite el desarrollo de proyectos energéticos.
La urgencia de acelerar la inversión en redes
Finalmente, Galán instó a Europa a acelerar la inversión en redes eléctricas, señalando que existe una demanda considerable que espera ser conectada. «Hay que proporcionar acceso a la infraestructura para que sea lo suficientemente grande, fuerte y confiable para satisfacer las necesidades actuales», concluyó. La electrificación y la inversión en energías renovables se presentan como pilares fundamentales para que Europa logre una autonomía energética real y competitiva en el futuro.