La Feria Internacional del Turismo (Fitur) destaca el optimismo y los retos del sector.
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Un panorama optimista en Fitur
La Feria Internacional del Turismo (Fitur), que se celebra anualmente en Madrid, ha comenzado su 45 edición con un ambiente de optimismo palpable. Este evento, que reúne a miles de profesionales del sector, ha atraído a 884 expositores y se espera que reciba más de 250.000 visitantes.
Las proyecciones para 2024 son igualmente alentadoras, con un pronóstico de 94 millones de turistas internacionales y un gasto estimado de 126.000 millones de euros, lo que representa un crecimiento significativo en comparación con años anteriores.
El dilema de la masificación turística
A pesar de las cifras alentadoras, el crecimiento del turismo en España plantea importantes desafíos. La masificación y la presión sobre la infraestructura local son preocupaciones crecientes. Autoridades y expertos coinciden en que es fundamental encontrar un equilibrio entre el crecimiento cuantitativo y la calidad de la experiencia turística. El ministro de Industria y Turismo, Jordi Hereu, ha subrayado la necesidad de desarrollar políticas públicas que promuevan un turismo sostenible, que no solo se enfoque en la cantidad de visitantes, sino también en su impacto social y ambiental.
Perspectivas del sector empresarial
Los líderes empresariales del sector turístico también han expresado su optimismo, aunque con cautela. Antonio Garamendi, presidente de la CEOE, ha destacado la buena salud del sector, pero ha advertido sobre la necesidad de diversificar la oferta turística más allá de las costas. Por su parte, Gabriel Escarrer, presidente de Meliá, ha sido más crítico, sugiriendo que alcanzar los 100 millones de turistas podría no ser sostenible a largo plazo. Escarrer ha instado a establecer límites en el crecimiento turístico para preservar la calidad de la experiencia y la imagen de España como destino turístico.
La necesidad de un plan estratégico
La saturación de ciertos destinos, especialmente en temporada alta, ha llevado a muchos en la industria a pedir un plan estratégico que aborde la problemática de la turismofobia y la gestión de flujos turísticos. La idea es desconcentrar el turismo, promoviendo destinos menos conocidos y fomentando un turismo más responsable. La sostenibilidad debe ser una prioridad, no solo para proteger el entorno, sino también para garantizar que el turismo siga siendo una fuente de ingresos y empleo para las comunidades locales.
