Análisis de la estrategia de sustitución de importaciones en México y su contexto geopolítico
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La nueva guerra fría: México y la sustitución de importaciones
En el contexto actual de tensiones geopolíticas, México se encuentra en una encrucijada económica que recuerda a épocas pasadas. La reciente decisión del gobierno de Claudia Sheinbaum de imponer un arancel del 36% sobre el alambre de acero procedente de Vietnam marca un retorno a la política de sustitución de importaciones, una estrategia que busca proteger la industria local.
Sin embargo, esta medida también refleja la presión de Estados Unidos, que exige a sus socios comerciales adoptar políticas alineadas con sus intereses de seguridad nacional.
El contexto histórico de la sustitución de importaciones
La sustitución de importaciones fue una estrategia económica adoptada en América Latina durante la primera guerra fría, diseñada para fomentar el crecimiento industrial mediante la protección de las industrias locales.
Economistas como Raúl Prebisch promovieron esta política, que permitió a países como México y Brasil establecer barreras arancelarias para reducir la dependencia de productos extranjeros. Hoy, más de seis décadas después, esta estrategia resurge en México, aunque con un enfoque diferente: en lugar de proteger la industria mexicana, se busca sustituir importaciones de países asiáticos, especialmente de China.
La presión estadounidense y sus implicaciones
Con la llegada de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos, las tensiones comerciales han aumentado. Trump ha amenazado con imponer aranceles del 25% a las exportaciones mexicanas, lo que ha llevado al gobierno mexicano a buscar un equilibrio entre la protección de su industria y la necesidad de mantener buenas relaciones comerciales con su vecino del norte. La dependencia de México del mercado estadounidense, que representa el 80% de sus exportaciones, lo convierte en un blanco vulnerable ante el nuevo proteccionismo. Las industrias mexicanas, que dependen de componentes fabricados en China, se enfrentan a un dilema: ¿cómo sustituir estas importaciones sin afectar su capacidad de producción?
El futuro de la industria mexicana en un nuevo orden geopolítico
A medida que la administración de Trump busca reestructurar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (T-MEC), México se ve obligado a adaptarse. La propuesta de aumentar el contenido regional en las manufacturas podría beneficiar a la industria mexicana, siempre que se implementen políticas que fomenten el desarrollo de proveedores locales. La esperanza de Sheinbaum radica en el nearshoring, una tendencia que busca relocalizar cadenas de suministro en países cercanos a Estados Unidos, lo que podría ofrecer una oportunidad para que México se beneficie de la reconfiguración de la producción global.
Sin embargo, la realidad es compleja. La interdependencia económica entre México y China es profunda, y cualquier intento de sustituir importaciones chinas podría resultar en un aumento de las importaciones estadounidenses. La estrategia de sustitución de importaciones debe ser cuidadosamente diseñada para evitar que México se convierta en un mero ensamblador de productos, una situación que podría perpetuar la maldición de la maquila.