El mercado inmobiliario español atrae cada vez más a compradores internacionales, especialmente en Catalunya y la Comunidad Valenciana.
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Un mercado en expansión
El mercado inmobiliario en España ha experimentado un notable aumento en la participación de compradores extranjeros. Según datos recientes del Ministerio de Vivienda, aproximadamente una de cada cinco transacciones de compraventa de viviendas involucra a ciudadanos sin nacionalidad española.
Este fenómeno ha llevado a que, en los primeros nueve meses de 2024, más de 95.000 operaciones de compraventa fueran realizadas por extranjeros, lo que representa un 18,43% del total de transacciones.
Preferencias de los compradores internacionales
Los compradores foráneos muestran un interés particular por las propiedades de segunda mano, aunque también hay un creciente interés por viviendas protegidas.
Las estadísticas indican que la Comunidad Valenciana y Catalunya son las regiones más demandadas, con casi 12.500 y 11.000 operaciones respectivamente. Este interés se debe a factores como el clima, la calidad de vida y la seguridad, que hacen de España un destino atractivo para la inversión inmobiliaria.
El perfil del comprador extranjero
El perfil de los compradores extranjeros ha evolucionado en los últimos años. Aunque tradicionalmente los alemanes, franceses y belgas han sido los principales inversores, ahora los ciudadanos de Europa del Este, como ucranianos y polacos, están aumentando su presencia en el mercado. Además, los nómadas digitales y jubilados con un alto poder adquisitivo están emergiendo como nuevos perfiles de compradores. En 2023, los extranjeros residentes en España realizaron transacciones por un valor total de 11.640 millones de euros, lo que refleja su creciente influencia en el mercado.
Impacto en el mercado local
A pesar del aumento en las compras por parte de extranjeros, expertos como Sergio Nasarre y Eduardo González de Molina advierten que el verdadero problema del mercado de la vivienda en España radica en la falta de oferta. La presión que ejercen los compradores no residentes, que a menudo buscan propiedades como segundas residencias, puede complicar aún más la situación para los compradores locales. Sin embargo, muchos consideran que la inversión extranjera puede ser beneficiosa si se gestiona adecuadamente.
