La transición energética en España enfrenta un dilema crucial con el cierre de reactores nucleares.
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La situación actual de la energía nuclear en España
La energía nuclear ha sido un pilar fundamental en la matriz energética de España, aportando aproximadamente el 20,3% de la generación eléctrica en 2024.
Sin embargo, el futuro de esta fuente de energía se encuentra en una encrucijada. La reciente crisis energética, exacerbada por la caída de temperaturas y la falta de viento y sol, ha puesto de manifiesto la dependencia del país de la energía nuclear.
Con el cierre programado de los reactores nucleares, la pregunta que surge es: ¿cómo garantizar la estabilidad del sistema eléctrico?
El calendario de cierre y sus implicaciones
Según el acuerdo alcanzado en 2019 entre las empresas propietarias de las centrales nucleares y el gobierno español, se prevé un cierre escalonado de los reactores nucleares hasta 2035. La central nuclear de Almaraz, ubicada en Cáceres, debe iniciar su proceso de desmantelamiento en menos de seis meses. Este cierre plantea serios desafíos, ya que se debe garantizar un suministro energético estable mientras se reduce la dependencia de la energía nuclear.
La rentabilidad y el futuro de las nucleares
Las empresas del sector nuclear argumentan que la tecnología de los reactores en funcionamiento es segura y eficiente, y que podrían extender su vida útil hasta 60 o 80 años. Sin embargo, para que esto sea viable, es necesario que el precio de la energía garantice la rentabilidad de estas plantas. Actualmente, la entrada masiva de energías renovables ha llevado a precios bajos, lo que complica la situación económica de las nucleares. El presidente de Foro Nuclear ha señalado que se requiere una remuneración mínima de 60 euros por megavatio hora para asegurar la viabilidad económica de estas instalaciones.
El contexto internacional y la dependencia energética
La guerra en Ucrania y la crisis energética en Europa han reavivado el debate sobre la energía nuclear. Países como Alemania, que cerraron sus plantas nucleares tras el accidente de Fukushima, están reconsiderando su postura ante la dependencia del gas ruso. En este contexto, la energía nuclear se presenta como una alternativa viable para garantizar la seguridad energética y reducir la dependencia de fuentes externas. La reciente declaración de 24 países, incluidos 15 europeos, que acordaron triplicar la potencia nuclear mundial en la COP, subraya la relevancia de este debate.
Desafíos del desmantelamiento y la gestión de residuos
El proceso de desmantelamiento de las centrales nucleares es complejo y requiere una planificación cuidadosa. La Empresa Nacional de Residuos Radioactivos (Enresa) ha indicado que el cierre de la central de Santa María de Garoña, que se desconectó en 2012, podría tardar al menos diez años. Esto plantea interrogantes sobre la capacidad de Enresa para gestionar el desmantelamiento de múltiples plantas simultáneamente. La reciente subida del 30% en la tasa que las eléctricas pagan a Enresa para la gestión de residuos ha generado críticas, ya que muchos consideran que esta medida es insuficiente para afrontar los desafíos que se avecinan.