Un vistazo a las proyecciones del PIB y la situación social en España para el próximo año
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Proyecciones del PIB y crecimiento económico
El Banco de España ha elevado sus previsiones del Producto Interno Bruto (PIB) para 2024 al 3,1%, posicionando al país entre los líderes de crecimiento en Europa, según informes de la Comisión Europea y el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Este optimismo se basa en una serie de indicadores económicos que sugieren un año favorable, tanto en términos de crecimiento como de empleo. Se espera que el número de nuevos empleos continúe aumentando, aunque de manera más moderada, con cerca de 400 mil nuevos empleos proyectados para 2025.
Inflación y tipos de interés
A pesar de las tensiones en el mercado energético, la inflación ha mostrado signos de suavización. Los tipos de interés, que han sido un tema candente en los últimos años, están en una trayectoria de reducción que se anticipa se intensificará en el corto plazo. Esto podría tener un impacto positivo en la renta familiar, que se espera que aumente tanto en 2024 como en 2025, con crecimientos nominales proyectados entre el 3% y el 4%.
El mercado de la vivienda ha experimentado un notable aumento, con un incremento del 22,5% en las hipotecas durante el tercer trimestre de 2024. Las transacciones de compraventa de viviendas también están en auge, con proyecciones que sugieren que podrían superar el récord de 693.000 alcanzado hace dos años. Sin embargo, este crecimiento no es homogéneo y plantea serias preocupaciones sobre la desigualdad social. En un país donde cerca del 30% de los niños vive en hogares en riesgo de pobreza, es crucial considerar cómo estas dinámicas afectan a las comunidades más vulnerables.
Desigualdad y pobreza en la sociedad española
La realidad social en España es compleja. Aunque el panorama macroeconómico parece positivo, existen profundas disparidades que no pueden ser ignoradas. Más de 3 millones de hogares en Cataluña se encuentran en riesgo de pobreza, y muchas familias destinan más del 40% de sus ingresos a pagar alquiler. Además, hay un grupo de inmigrantes que, en silencio, luchan por sobrevivir, recogiendo lo que otros desechan. Este contraste entre el crecimiento económico y la pobreza extrema plantea preguntas difíciles sobre la equidad y la justicia social en el país.
En medio de un año que se presenta como exitoso desde el punto de vista económico, es fundamental no perder de vista a aquellos que enfrentan dificultades. Las festividades navideñas pueden ser un recordatorio de la importancia de la solidaridad y la empatía hacia los más necesitados. La mejora económica no debe nublar nuestra comprensión de las realidades sociales que persisten en el país. En este contexto, es esencial que las políticas públicas se orienten no solo al crecimiento, sino también a la inclusión y el bienestar de todos los ciudadanos.