El cierre de caladeros genera controversia entre pescadores y autoridades en España.
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El cierre de caladeros y sus implicaciones
El Ministerio de Agricultura y Pesca de España ha anunciado el cierre de todos los caladeros de gamba roja del litoral español, una decisión que ha generado un gran revuelo en el sector pesquero.
Esta medida se ha tomado tras superar el límite anual de capturas establecido por la Unión Europea, que se sitúa en 800 toneladas. A partir de la medianoche de este jueves, la pesca de gamba roja quedará prohibida en aguas que abarcan desde el mar Alborán hasta las Islas Baleares, el mar del Norte y el golfo de León.
Sin embargo, el ministerio ha indicado que se permitirá la pesca durante las festividades navideñas, utilizando la cuota asignada para el año 2025. Esta decisión ha sido recibida con escepticismo por parte de las cofradías de pescadores, que ven en esta medida una amenaza para su sustento.
Reacciones del sector pesquero
Las cofradías de pescadores en Catalunya han expresado su descontento con la decisión del ministerio. En Blanes, el patrón mayor Ferran Martínez ha calificado el cierre como un “asesinato empresarial encubierto” y ha denunciado que el sector ya ha cumplido con las normativas, incluyendo vedas biológicas y la implementación de redes que evitan la captura de gambas pequeñas. La preocupación es palpable, ya que muchos pescadores dependen de esta actividad para su sustento diario.
El cierre de caladeros no solo afecta a los pescadores, sino también a la economía local. Las lonjas de pescado, que son el corazón del comercio pesquero, se verán impactadas por la reducción de la oferta de gamba roja, un producto muy demandado durante la temporada navideña.
Medidas de apoyo y futuro incierto
En respuesta a la crisis que enfrenta el sector, el conseller de Agricultura, Ramaderia, Pesca y Alimentació, Òscar Ordeig, ha anunciado una bonificación del 80% en la tasa de ocupación que las cofradías deben pagar a los puertos. Esta medida, que se implementará el próximo año, busca aliviar la carga económica que enfrentan los pescadores debido al cierre de caladeros.
A pesar de estas iniciativas, el futuro del sector pesquero en España sigue siendo incierto. La presión de las regulaciones europeas y la necesidad de sostenibilidad en la pesca son factores que complican la situación. Los pescadores se encuentran en una encrucijada, debatiéndose entre la necesidad de cumplir con las normativas y la lucha por su supervivencia económica.